Volvo Match Play: un mundial con resaca
Basilio Rogado expresa su opinión sobre el Volvo World Match Play de Finca Cortesín que finalizó el domingo 1 de noviembre de 2009. En la foto un aspecto del campo en la última jornada.

Finalizado el Volvo World Match Play de Finca Cortesín, quedan preguntas en el aire que deberían tener respuesta por parte de los organizadores del torneo, al menos para intentar corregir lo que, a mi entender, podría ser mejorable de cara a los dos próximos años en los que, según parece, el Volvo World Match Play se va a seguir disputando en el complejo golfístico de la localidad malagueña de Casares.
Dieciséis jugadores, de entre los mejores del mundo, como se anunció a bombo y platillo en todas las convocatorias del torneo, por parte de los organizadores, dieron como resultado una final entre Ross Fisher y Anthony Kim, ganada con brillantez por el joven inglés, pero en una final nada brillante donde los últimos nueve hoyos -de los 36 que debían haberse jugado-, que suelen ser siempre los más interesantes, tuvieron escaso atractivo debido a la ventaja adquirida por Fisher, que ganó por cuatro hoyos, a falta de tres. El inglés, era en aquel momento, el número 26 del ranking mundial, mientras Anthony era el número 23 y el único americano que figuraba entre los presentes en el extremo oeste de la Costa del Sol malagueña.
La final entre dos jóvenes valores del golf mundial, fue una final de futuro, pero en caso alguno del presente del golf mundial. Si las renuncias de los mejores jugadores posibles no pueden ser subsanadas con otros jugadores que les sigan en el ranking, el torneo debería volver a ser por invitación, como lo fue en Wentworth o pensar en una fórmula mixta que pudiera mejorar la lista de jugadores que deberían estar en una final mundial -ojo, mundial- como es la del Volvo Match Play.
De acuerdo en que, como decía alguno de los comunicantes que contestaron a mis opiniones en golfinone.es, éste plantel de dieciséis jugadores podría ser el mejor que ha habido en España, teniendo en cuenta el escaso número de participantes: pero visto lo visto, este torneo no tiene nada que ver, ni por asomo, con los del Volvo Masters que se disputaron, tanto en Valderrama, que está a la vuelta de la esquina de Finca Cortesín, ni en Montecastillo.
A las declaraciones de Lee Westwood, presente en Casares, según las cuales ésta del 2009 ha sido la mejor de las convocatorias del Volvo Match Play de todos los tiempos, solo hay que recordarle que, al margen de las cuatro victorias de Ernie Els en Wentworth, el año 2006, sin ir más lejos, estuvo presente Tiger Woods, aunque le eliminaron a las primeras de cambio, lo cual no es tan raro, siendo el juego en la modalidad de match play, hoyo a hoyo.
Al margen de la presencia de Scott Strange, 154 del mundo, cuando hay tantos y mejores australianos en el ranking mundial, hay que recordar, una vez más, la ausencia de jugadores americanos, que son los que dominan el golf mundial, ya que solo Anthony Kim, estuvo presente en el reto malagueño.
Cuando escribo estas líneas, desconozco si en 2010 -el Tour europeo ha dado un adelanto del calendario del próximo año, pero todavía no ha llegado hasta los meses finales de la temporada y se ha quedado en el mes de abril. Lo que sí aparece ya es el Open de Andalucía que se va a disputar en el Parador del Golf, en Málaga, la última semana de marzo- el Volvo World Match Play volverá a coincidir con el torneo de Singapur. En ese caso, además de un nuevo mazazo a Finca Cortesía, Phil Mickelson, otra vez, será un deseo imposible, puesto que Barclays, el organizador de la prueba en la isla ciudad, o isla creciente, volverá a llevarse al, ahora, número dos del mundo, ya que es uno de sus patrocinadores.
En cuanto al número 1, Tiger Woods, dicen los rumores que, si cuadran las fechas, y teniendo en cuenta que la Ryder Cup se celebra en Gales, en 2010, podría tener alguna opción en la lista del Volvo Match Play, dado que IMG, una de las empresas organizadoras del torneo, es la que lleva todos los asuntos profesionales del tigre americano. Difícil parece pero, al menos es una posibilidad.
En la lista de este año, había dos jugadores que, teniendo en cuenta la dureza del campo, no deberían haber participado, aunque estuvieran en buenas condiciones físicas. Martin Kaymer, el alemán número 12 del ranking mundial, llegó a Finca Cortesín después de haber estado cerca de seis meses alejado de los campeonatos oficiales, debido a un problema en una pierna, que incluso arrastró durante su reaparición en el Castelló Masters una semana antes. Que está recuperado es obvio, puesto que jugó a la siguiente semana, en Casares, y en la presente, cuando escribo, a 5 de noviembre de 2009, está en Shanghai e hizo seis bajo en la primera vuelta. Pero en el Volvo Match Play, cayó a las primeras de cambio, perdió sus trs partidos, igual que Paul Casey, el inglés que, como número cuatro del ranking mundial era el primero del ranking mundial (el cuarto) de los jugadores que estuvieron en Finca Cortesín. Como Kaymer, Casey reapareció en Málaga después de una larga lesión. ¿Era el momento adecuado para esa reaparición? Tampoco hizo nada, perdió sus tres partidos, como queda dicho, y se marchó de inmediato a Shanghai, donde el primer día hizo cinco abajo. ¡Casualidades de la vida!
Otrosí digo. El golf no es, deportiva y físicamente hablando, una maratón. Nadie les pide a los golfistas que estén en disposición física de hacer 42 kilómetros en unos Juegos Olímpicos, ni subir un ocho mil, pero al menos se les debería exigir que, por los premios por los que luchan, que tampoco tienen comparación ni con el atletismo, ni con el montañismo, tuvieran la forma física suficiente como para hacerse treinta y seis hoyos al día en un torneo como el Volvo Match Play, en el que el ganador se embolsó 541.667€ y los cuatro últimos, por dos días de competición, 48.913€.
No me parece ni deportivo, ni edificante, ni un buen ejemplo, que a los jugadores se les trasladase en buggie por el campo, en algunas ocasiones, cuando los tees estaban alejados de los greenes, ni cuando, por temor a la falta de luz, se hiciera lo mismo en un play off entre Ángel Cabrera y Ross Fisher. Está claro que en Finca Cortesín los aficionados juegan siempre en coche, pero los aficionados pagan y los profesionales cobran… y bien cobrado.
No hay excusa posible, ni el hecho de que muchos y buenos golfistas profesionales tengan barriga cervecera, ni que St Andrews todavía
permita que los profesionales fumen durante los partidos. Si un profesional de golf no puede jugar andando en Finca Cortesín, no merece ser profesional de golf.
Está claro que el Volvo World Match Play es bueno para la Costa y que Finca Cortesín se sume a los campos que organizan torneos Grandes no deja de ser positivo. Pero no puede sustituir al Volvo Masters de Valderrama, aunque en los últimos años las condiciones de aparcamiento en Valderrama -al margen de algunas otras- dejaron mucho que desear.
No puedo hablar de la organización del Volvo Match Play porque no estuve allí; pero dos amables lectores de golfinone sí estuvieron presentes y enviaron sus impresiones a esta revista en la web después del torneo. Quedan reflejadas bajo estas líneas para información de los seguidores de www.golfinone.es
01/11/2009 Antonio Ortiz dijo:
Estoy completamente de acuerdo con Basilio Rogado Adalia. Soy extremeño y también llevo bastante tiempo siguiendo los torneos del European Tour en España y Portugal. Es la primera vez en muchos años que me desplazo un fin de semana para asistir a un torneo de profesionales y de los cuatro días de competición solo he asistido uno. Creo que el campo es muy agradable para jugarlo desplazándose en coche pero no he visto ningún torneo de profesionales donde los propios jugadores deban ser desplazados en coches por el campo, mientras los espectadores no pueden contemplar muchos de los golpes debido a la propia orografía del campo. Es evidente la falta de aceptación de este torneo por parte de los espectadores, pero es evidente que recorrerlo a pie para muchas personas es imposible. Otro tema es la cuestión de los Marshalls, que mas que voluntarios parecían marines autoritarios y sin educación y lo que es peor, sin tener la menor idea de sus tareas, parando a los espectadores en los lugares más inapropiados, con poca o ninguna educación, hasta el punto de que en mi caso fui empujado por uno de ellos. La verdad es que no me alegro de las desgracias ajenas, pero creo que debe servir de escarmiento para Volvo, y para el European Tour. Abandonar un enclave como Valderrama, reconocido en el mundo entero y un atractivo enorme para los espectadores, creo que ha sido una mala idea y lo están pagando caro.
Sin ir más lejos, hace dos semanas asistí al Portugal Masters y aunque me duela decirlo, hoy siento un poco de envidia y también bastante vergüenza ver que poco a poco, nuestros vecinos portugueses nos están ganando "la partida" ya que el torneo estaba a rebosar, con una organización impecable, un trato exquisito por parte de la organización y con un precio más asequible (15€ en Portugal y 30€ en Cortesín). Realmente la conclusión y el motivo de haber asistido solo un día al torneo es que no merece la pena pagar 30€ para no ver nada de golf, acabar físicamente agotado y encima recibir un trato nefasto por parte de la organización y de los voluntarios. En este caso solo puedo felicitar a los jugadores y en especial a Ángel Cabrera ya que tuve la oportunidad de seguir su partido con Dyson y debo decir que es posible que haya jugadores mejores pero pocos tan grandes y con tanta clase con el.
Por último felicitar a Basilio Rogado Adalia, autor de este artículo por su valentía y su capacidad de plasmar una realidad que en el fondo nos duele a todos los españoles que amamos el golf. Voto por Valderrama y voto por volver a ver golf profesional de categoría en el mejor y más emblemático campo de golf de España y uno de los mejores de Europa y también del mundo. Un abrazo a todos.
01/11/2009 pascual dijo:
Muchas veces se confunde "hablar mal" con "hablar distinto". Lo primero no aparece por lado alguno en los artículos de Basilio Rogado. Sobre lo segundo, significa diferir, matizar la versión oficial o contar todos los detalles, sin ocultarlos. Me parece que estamos poco acostumbrados en golf a que un informador opine libremente. No se trata, como dicen otros lectores, de "hablar bien de ellos", de los torneos. Es cuestión de hablar sobre lo que ocurre en ellos. Y, además, en este caso, ni siquiera se habla mal. La opinión diferente y ARGUMENTADA no gusta. Es el eterno dilema del periodista de corte o el periodista independiente.