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Los supuestos sms de Tiger Woods a su amante porno: ¿Por qué llamar amor a lo que solo es sexo?

Los supuestos sms enviados por Tiger Woods, entre los meses de julio y octubre de 2009, a su entonces amante, la actriz porno Verónica Siwik-Daniels, de 32 años, ya retirada del cine erótico y que se oculta ahora bajo el nombre de Joslyn James, y que ella ha hecho públicos en Internet, han sido recogidos por los medios  informativos en todo el mundo, poco después del anunciado regreso de Tiger Woods a la competición en el Masters de Augusta.
Aunque en algunos medios, entre ellos el diario deportivo español “Marca”, se habla de “La venganza de la actriz porno”, parece más una forma de notoriedad destinada a producir beneficios, en forma de aparición en los programas de televisión basura de los Estados Unidos, que una suerte de venganza tras una relación de tres años que, como ha demostrado el tiempo, no era otra cosa que una relación basada en el sexo y que, además y según las informaciones publicadas, era compartido con otras mujeres, además de la citada actriz porno.
Verónica/Joslyn, que asegura haber dejado su trabajo en el cine porno “porque a él no le gustaba que estuviera con otros hombres”, cuestión que contradice el hecho de que Tiger le pidiera en varias ocasiones “hacer un trío”, tal y como se lee en alguno de los mensajes publicados, tiene ya solicitudes para aparecer en televisión, para hacer una película e, incluso, ofertas para hacer anuncios. Por lo pronto hace un mes, en febrero pasado, compareció ante la prensa de Los Ángeles para asegurar que había tenido dos hijos del golfista, pero que había abortado.
Verónica ha justificado la publicación de los mensajes telefónicos diciendo que “solo quiero que el público sepa cómo era nuestra relación y que él no ha asumido la responsabilidad de su comportamiento”.
En definitiva, Verónica, como antes Rachel Uchitel, que fue la primera mujer a la que se relacionó con Tiger Woods, lo que pretende, a todas luces, es conseguir su parte del dinero que, según ellas, les “debe” Tiger Woods y para eso han contratado a una veterana abogada de 68 años, experta en defender casos de líos de faldas.
 SUPUESTOS MENSAJES  DE TIGER
Los supuestos sms enviados por Tiger Woods a Verónica, no dejan de ser una “inocente” fórmula de requerimiento, habitual en los miles de personas que engañan a sus mujeres o a sus maridos a lo largo y ancho de todo el mundo y que no toman ningún tipo precauciones, ya sea porque se consideran por encima del bien y del mal, ya seas porque en esos momentos de excitación no se preocupan de lo que puede pasar después: Un sms, recibido por Verónica a las seis de la mañana -ya se sabe que Tiger se levanta muy temprano para ir a entrenar o, en ocasiones, a jugar al golf- el pasado mes de julio de 2009, decía lo siguiente: “Dejaré un sobre en recepción a nombre de Ms. Daniels. Tu habitación es la 305. Instálate y dime cuando estás lista. Yo estaré”. Inmediatamente después de colgar el teléfono volvió a insistir con otro sms: “Habitación 201. Baja por la escalera que está al lado de tu habitación. Asegúrate de que nadie te ve”. como podría ser la de cualquier enamorado, si no fuera porque Tiger no solo era casado, sino que intentaba por todos los medios que no se descubrieran sus citas secretas.
Entre los mensajes, aparte de concertar los encuentros furtivos, los hay que preparan la cita amorosa y van “calentando” el ambiente para su posterior  “entrevista carnal”. Estos son algunos ejemplos: “Me gusta que me hagas eso”. “Dónde quieres que te muerda”. “Donde quieras. Vas a ser mía”. “Quiero estar dentro de ti”. “Cuando voy a poder ver ese culo otra vez”…
Por supuesto, los hay muy urgentes, de no poderse aguantar: “Tengo que hacer una cosa a las 4.30, pero volveré a las 7.30 para cenar y tomar muchos postres contigo. ¿Qué tal uno rápido antes de que me vaya”.
En cualquier caso, los supuestos mensajes telefónicos de Tiger Woods a su amante porno son un relato de cuento de hadas comparado con las llamadas telefónicas que el Príncipe Carlos de Inglaterra hacía a su amante/amada Camilla Parker-Bowles cuando su mujer, la princesa Diana de Gales aún vivía.
En el libro “Flash Mortal”, escrito por el autor de este artículo el año 1997, se recogen algunos fragmentos de una de las muchas conversaciones telefónicas que mantuvieron el Príncipe Carlos y su amada Camilla y que fueron publicadas por primera vez por la revista australiana “New Idea”. Los periódicos sensacionalistas británicos, para eludir las leyes antilibelo de las Islas, cedieron la exclusiva a la publicación australiana y luego reprodujeron las páginas editadas en las antípodas, para recocijo de unos y escarnio de otros.
La conversación telefónica, realizada desde el teléfono del coche del Príncipe de Gales sonaba así:
(sonido de sirenas y ruido de tráfico intenso)
Carlos:  -Camilla, ¿estás ahí verdad?
Camila: -Si.
Carlos: ­-En cualquier caso, ya sabes… Son ese tipo de cosas a las que uno tiene que estar atento y tantear el camino sobre la marcha; ya sabes lo que quiero decir…
Camilla: -Tú eres muy bueno a la hora de tantear el camino.
Carlos: -¡0h!… para… quiero recorrer todo tu cuerpo. Por todos lados, por arriba, por abajo, dentro y fuera…
Camilla: -¡Oh!
Carlos: -Especialmente dentro y fuera.
Camilla: -¡Oh!, eso es justo lo que necesito en este momento.
Carlos: -¿De verdad?
Camilla: -Sé que reviviría. No puedo soportar una noche de domingo sin ti.
Carlos: -¡Oh, Dios mío!
Camilla: -Es como ese programa al comienzo de la semana. No puedo empezar la semana sin él, sin ti.
Carlos: -¿Te lleno el depósito?
Camilla: -Sí, llénamelo.
Carlos: -Entonces, ¿podrás sobrevivir?
Camilla: -Sí. Estoy perfectamente.
Carlos: -Pero ¿y yo qué? El problema es que te necesito varias veces a la semana.
Camilla: -¡Hummm…! Yo también. Te necesito toda la semana, todo el tiempo.
Carlos: -¡Por Dios! Yo viviría dentro de tus pantalones o donde fuera. Todo sería más fácil.
Camilla (riendo): -¿Es que te vas a convertir en unas bragas? Te vas a reencarnar en un par de bragas, ¿no?
Carlos: -O si no, en un Tampax. ¡Maldita suerte!
Camilla: -Eres tonto… pero ¡qué maravillosa idea!
Carlos: -Mi destino sería ser arrojado al váter y dar vueltas sin parar en su superficie, sin bajar nunca.
Camilla: ¡Oh cariño!
Carlos: -Cariño… hasta que llegue el próximo.
Camilla: -Bueno, quizá podrías volver como una caja.
Carlos: -¿Qué clase de caja?
Camilla: -Una caja de Tampax. Así podrías estar entrando constantemente.
Carlos: -Eso sí es verdad.
Camilla: -Como un Tampax que viene constantemente. ¡Ay, cariño! Te necesito ahora.
Carlos: -¿De verdad?
Camila: -¡Hummm…!
Carlos: -Yo también.
Camila: -¡Desesperadamente, desesperadamente, desesperadamente!
Desde luego, la conversación no es nada edificante; más escatológica que erótica y la comprobación del escaso ingenio que tenían los dos enamorados, ya mayorcitos, que deberían aprender de las cartas de amor de Cyrano de Bergerac o de los poemas de Neruda, o de Miguel Hernández por solo poner tres ejemplos de los muchos que hay en la literatura mundial.
Pero esta conversación viene al caso de los mensajes de Tiger, que parecen de un excitado y embelesado quinceañero, capaz de perder el seso para lograr el sexo prometido, comparadas con las de los protagonistas británicos.
Después de publicadas las excrementicias conversaciones del heredero de la Corona Británica que demostraban, además, su infidelidad hacia su mujer, la princesa Diana de Gales, el Príncipe Carlos ha continuado con su vida normal, sigue siendo el Heredero de la Corona Británica y, además, se ha vuelto a casar con la que era su amante y con la que engañaba a su mujer, antes de la trágica muerte en París de Diana Spencer.
Si la sociedad británica supo digerir estoicamente un asunto como ese, en el que estaba implicado el Heredero al Trono de la Gran Bretaña, igual que lo hizo la norteamericana y, de hecho todo el mundo mundial, con el asunto de Bill Clinton, a la sazón presidente de los Estados Unidos, cuando se descubrió su affaire con una becaria, que le ayudaba a mantener en forma los bajos en el mismísimo Despacho Oval de la mismísima Casa Blanca, ¿cómo no va permanecer impasible esa misma sociedad, ávida de conocer las miserias humanas ante el televisor, ante la inmadurez de Tiger, que no es ni príncipe, ni presidente de los Estados Unidos, sino un golfista profesional, aunque sea el número 1 en su actividad deportiva?
Tiger no va tener otro problema con la aparición de los detalles de su vida amorosa anterior a su esperpéntico accidente de automóvil y a su extraño internamiento en una clínica privada donde dicen que “curan la adicción al sexo”,  que el del dinero que le va a costar silenciar todos los datos que pueden aportar sus múltiples avances. Y ese es un mal menor, sobre todo si se tiene la posibilidad de ganar el dinero suficiente, no solo para acallar bocas, sino para seguir viviendo como un Rey.

Imagen I: Portada del libro "Flash Mortal" escrito por Basilio Rogado en 1997, a raíz de la desgraciada muerte de Diana de Gales en un accidente de coche, en París.

Imagen II: Fragmento de una página del diario español "Marca", en la que se recogen algunos de los sms supuestamente enviados por Tiger Woods a sua amante Verónica Siwik-Daniels

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