Tol, un hermoso secreto
Tol, en Castropol, en la Asturias que mira a Galicia a través del río Eo, guarda un secreto para los jugadores de golf, que no deben esperar ni un día más para descubrirlo.

Tol es un bonito secreto. De esos que nos gustan a los golfitas porque nos permiten presumir con los colegas:
- ¿Conoces Tol?
- No
- ¡ Ah, no sabes lo que te pierdes!
Y el compi te mira como diciendo: ¿qué me va a contar a mí el listo este? Pues te va a contar, amiguín, que en Asturias, a siete kilómetros de Castropol hay un “campín de golf p’a chuparse los deos”, dicho sea con respeto a la RAE, usando una expresión muy de la tierra.

Castropol es uno de los pueblos más bonitos de Asturias. Está situado a orillas de la ría del Eo, mirando a Galicia. “A los foriatos gusta’ios munchu”, que diría uno de mis paisanos, afirmando que a los forasteros les mola lo que ven. Y no es para menos, el paisaje rural y el urbano son hermosos y más si entrambos te permiten asomarte a un buen plato de pote o a unas “andaricas” (nécoras) frescas y sabrosas.
Pues bien, cerquita de Castropol está Tol. Hay que saber de él porque se “escuende” a 1.500 metros de la A8 por la AS32. Lo de esconderse es broma pero es cierto que si no tienes noticia pasas por la autovía sin detenerte porque en el cruce nada indica que allí haya un campo de golf de nueve hoyos. Un campo de golf, un hotel, un restaurante y hasta un Spa. (https://hotelcasacachon.es)

Llevo años jugando al golf en Asturias: La Llorea, La Cuesta, Las Caldas, Los Balagares (hoy cerrado), La Barganiza, El Tragamón, Deva, La Rasa de Berbes… pero hasta hace dos días, nadie me había hablado de Tol. Tengo que agradecérselo a Armando, un farmacéutico jubilado de Avilés que me dio noticia.
Y, lo de “chuparse los d’eos” no es gratis porque en Casa Cachón, que es como se llama el conjunto de hotel y restaurante, se come como se come en Asturias: muy bien. Un par de huevos fritos con picadillo y se te quitan las penas del doble bogey del nueve. Sí, porque el “campín ye muy guapu” pero, ¡Ay amigo!, hay que jugarlo. Del nueve, lo normal es salir “ablayao”, esto es, consternado, por usar una traducción ecuánime de las muchas que posee el término en bable.
La explicación es sencilla: para un hándicap alto, como el mío, un par tres de 205 metros y un bunker como la playa de Xixón “ye de restallu”. Me explico: una sidra de “restallu” es: “muy astringente, y de sabor fuerte por lo que invita a chasquear la lengua”. Y sí, la lengua y “lo que non ye la lengua”. La cosa es que el campo, cuidadísimo, un placer para la vista, tiene su aquel. No es fácil, vaya. Pero divertido… ni te cuento.

Así que, amiguinos, si queréis pasar un buen día de golf, una semana de relax o pillar una “fartura curiosina” y a precio muy razonable, ya sabéis: hay que ir a Tol. Buen campo, buena mesa, precioso hotel y precios más que razonables. Tened en cuenta que si un forrabolas como yo se lo pasó bien, si jugáis medianamente a esto, la vais a gozar como “un gochín n’el barru”.
Le falta informar que muy próximo a este campo hay otro campo de golf de 11 hoyos que es una preciosidad : Rapalcuarto h se llams Cierro Grande. Un campo ideal para aficionados bien cuidado y con un despliegue de fauna y flora muy interesante. Cada árbol y arbusto tiene su etiqueta. Respecto al campo de golf es muy entretenido y no exento de dificultades. Además por mucha lluvia que caiga se puede jugar sin embarrarse. Es de los campos de Asturias que mejor resiste las inclemencias climatológicas. Para comer Tapia o nada más salir El Alamo. Merece la pena la experiencia
Tiempo al tiempo. No falta nada, lo que pasa es que hay que empezar por algún sitio. Laureano Suárez, asturiano y golfista de de pro toma nota de la información y se pone a ello. Pronto se informará en golfinone sobre ese interesante campo del que nos habla usted.