Carta abierta a don Pedro Ayala, amable lector y fino polemista
Miguel Ángel Nieto responde a Pedro Ayala, miembro de la Asociación de Vecinos de Tres Cantos, que escribió una réplica a su artículo ‘Siempre nos quedará París’. (Verlo en la sección OPINIÓN).

Estimado señor Ayala:
Quiero agradecerle, sinceramente, su insultante opinión sobre mi artículo Siempre nos quedará París. Sus palabras son tan reveladoras de su carácter y condición, que me han venido dar la razón en algunas de las afirmaciones que hice. Comenzando por el final le diré que me alegro en mantener esta conversación a distancia ya que estoy convencido de que en un cara a cara usted intentaría la agresión física. Cuando les faltan argumentos, recurren siempre a la demagogia y a la agresión, en este caso, repito que afortunadamente, verbal.
Mire usted, Don Pedro, las palabras nunca hieren si carecen de contenido o no responden a una realidad expuesta, pero cuando ponen de manifiesto una evidencia, cuando son una denuncia, escuecen. Parece ser que este es su caso.
Si usted hubiese leído con atención y objetividad lo que escribí, verá que yo no generalizo, porque esta costumbre, muy española, siempre es injusta. Yo afirmé:
Ya es notorio que, mientras una mayoría de españoles trabajan decentemente, otra minoría se dedican a vaguear como miembros de agrupaciones vecinales o liberados sindicales. Y todos estos son la llamada izquierda, que teóricamente están por la defensa del trabajador y el trabajo. Mas incoherencia.
En ningún momento yo dije que todos aquellos que pertenecen a una organización vecinal, sean vagos, yo he dicho que la mayoría de los españoles que quieren vivir del cuento, buscan agrupaciones vecinales o puestos de liberados sindicales. ¿ Acaso esto no es cierto?
Usted me dice que trabaja diez horas todos los días, le felicito, usted no pertenece a esa minoría que no trabaja ni a esa mayoría de la citada minoría que buscan refugio en las asociaciones vecinales o sindicales. ¿Por qué se ha dado por aludido?
No les acuso veladamente de violencia, denuncio abiertamente a la violencia que en muchas ocasiones se ha ejercido contra quienes no están de acuerdo con planteamientos de ciertos grupos ¿Es que los piquetes vecinales o sindicales de huelga nunca han pretendido mantener su postura con amenazas o agresiones? Desde luego su respuesta a mi trabajo es una pura agresión verbal ¿O no?
Verá don Pedro, yo soy un español sin voto, pago impuestos de ciudadano europeo y de primera por lo que tengo derecho a elegir, en política, entre lo bueno y lo mejor mientras que las opciones me dan hoy los partidos, todos, es elegir entre lo malo y lo peor y a ese juego no me presto. Hace ya varias elecciones que yo no voto. Esto se lo digo para que tache cualquier sospecha de postura ideológica en lo que digo y afirmo.
Durante la Dictadura de Franco, estuve tres veces al borde del Tribunal de Orden Público solamente por ejercicio responsable de mi profesión, el periodismo. Hasta 1978 no pude retirar mi ficha policial de la Dirección General de Seguridad. Luego aleje de sus pensamientos que soy un nostálgico del pasado.
Respecto a mi militancia política se reduce a unos pocos mese de pertenencia al Club Liberal porque en su sede se pronunciaban, le estoy hablando de los años de transición, conferencias y debates muy enriquecedores sobre la democracia y sus diferentes formas. Nunca he querido pertenecer a ninguna institución en la que se exija obediencia ciega a normas o dogmas. Soy persona tan independiente que leyendo varios periódicos al día, no estoy suscrito a ninguno, prefiero que me los traigan del quiosco.
Le explico. Tres Cantos, es un punto perdido en el mapa del mundo, como cualquier otro municipio que no sea capital o ciudad importante. El progreso económico de una comunidad y por lo tanto el bienestar de sus vecinos, pasa por acometer obras o celebrar actos que, dentro de un profundo respeto al medio ambiente y a la dignidad, permitan que dicha comunidad puedan conseguir un reconocimiento cuanto más grande, mejor.
La Ryder Cup además de las inmensas ventajas económicas que supone para los comercios de la zona, es decir para los centros de creación de riqueza, produce, además, unos réditos a largo plazo que han sido patentes en todas y cada una de las localidades en las que se ha celebrado. De momento colocaría a Tres Cantos en el mapa del mundo no como un punto, sino como un lugar conocido.
¿El respeto al medio ambiente? Los jugadores de Golf somos, posiblemente, de lo más respetuoso con el medio ambiente ¿Por qué se concede a los cazadores el título de ecologistas, y no dudo que lo sean, cuando pasan su tiempo matando, a tiros, a todo lo vivo que se les cruza por delante? Los jugadores de golf solamente pegamos, cuando podemos, a una pelota.
En el campo en el que juego en Madrid, campo muy próximo a varias urbanizaciones, concretamente el Club Somosaguas, hay ardillas, erizos, lagartos y una larga lista de pájaros e invertebrados. ¿Sabe usted por qué? Porque viven tranquilos, nadie les acosa ni se mete en su vida.
En el campo en el que juego en Cádiz, Sancti Petri anidan cada año cientos de aves de distintas especies que han encontrado acomodo en los lagos de agua reciclada, repito reciclada, utilizada para regar el campo. Si no hubiese sido por estos lagos, esas especies hubiesen emigrado hacia otros lugares durante los años de sequía en los humedales tradicionales. Y allí viven tan felices y protegidas como en un parque nacional.
Y todo esto, que para quienes, como usted ataca las cosas sin conocerlas, me cuesta menos dinero que lo que puede costar el esquí o la caza. Fíjese, con lo que me ahorro en tabaco, yo no fumo, y en copas, yo no bebo, puedo practicar un deporte noble, sosegado, cerebral, social y sano como es el golf.
En lugar de fomentar en su municipio esta actividad, en unas circunstancias irrepetibles, prefieren utilizar la demagogia con un lenguaje, esto ya lo dije en mi artículo, más propio del siglo XIX que del siglo XXI. Su actitud puede privar de bienestar al municipio y de una oportunidad más para que los jóvenes puedan tener un desarrollo sano. Muchos de ustedes, ojo no digo que usted porque no lo se, atacan al golf pero serían partidarios del botellón.
Créame que todo esto se lo cuento, no porque tenga interés en que usted lo sepa, creo que con usted las razones no valen, lo hago para que los otros lectores, a los que invito a opinar, sepan quien es la persona que les escribe. Por más esfuerzos que haga tras de mis palabras no encontrará otra cosa que no sea el deseo de defender un deporte que practico, como la mayoría a trancas y barrancas y en el que creo.
Respecto a lo de periodista venido a menos, como usted me califica, le explico:
He ejercido esta profesión durante cincuenta años mirando siempre en línea recta, es decir al frente. Nunca me ha preocupado esa idea de subir o bajar porque para mí el éxito no es el que te reconozcan lo demás sino el que tu sientes. Si cuando te miras al espejo cada mañana en la soledad del baño, te reconoces como triunfador de conciencia, lo que opinen los demás es irrelevante.
Dentro de la subjetividad inherente al ser humano, el profesor Román Reyes dice que no podemos ser objetivos porque no somos objetos y que por lo tanto somos subjetivos porque somos sujetos, he procurado siempre servir a la verdad y he procurando ser honesto, consecuente y consciente de la responsabilidad social que siempre ha de presidir la tarea del periodista.
Esto es lo que me enseño Bobby Deglané y otros muchos grandes profesionales y esto es lo que he procurado, durante doce años, transmitir a mis alumnos de la Universidad San Pablo-CEU.
Pero ya que me estoy desnudando ante usted, le diré que he compaginado mi trabajo, intenso, con el estudio y así he conseguido tres diplomaturas dos licenciaturas y un doctorado. En esto es difícil ir a menos porque son esfuerzos consolidados. Como, al parecer, usted lo sabe todo de mí, también sabrá que tengo algunos premios nacionales e internacionales.
Pero ahora, felizmente jubilado, por lo que me siento importante y triunfador es porque soy el abuelo de Jorge.
Gracias un vez más por su réplica entre otras cosas porque me ha permitido desahogarme a gusto.
Suyo afectísimo
Miguel Ángel Nieto