Bienvenido Mr. Pelley
Laureano Suarez 18 marzo 2017 0Acaba de pasar por Madrid Keith Pelley, el CEO del Tour Europeo de Golf, que vino a hablar con la Real Federación Española de Golf de asuntos varios entre los que estaba, naturalmente, el Open de España de Golf.
(En la imagen, un aspecto de Valderrama, el club donde se celebró en 2016 el último Open de España, y que en este 2017 acogerá el Andalucía Valderrama Masters, aunque todavía no se conoce el montante de premios que tendrá el torneo).
Acaba de pasar por Madrid Keith Pelley, el CEO del Tour Europeo de Golf, esto es, del circuito profesional del golf europeo. Mr. Pelley, un canadiense que lleva año y medio, más o menos, en el cargo, vino a hablar con la Real Federación Española de Golf de asuntos varios entre los que estaba, naturalmente, el Open de España de Golf. (Ver más información en esta misma página).
Según su optimista intervención en el club de Campo de Madrid ante un numeroso grupo de periodistas, “todo va bien”. ¿Y el Open, Mr. Pelley? “Estamos trabajando en ello” dijo a la aznariana manera pero sin el penoso acento del ex presidente. Pero, lo cierto es que la cosa no va bien. La Federación Española lleva un par de años haciendo esfuerzos para encontrar un patrocinador o varios patrocinadores que le permitan financiar los costes de un acontecimiento de ese calibre. Sin éxito por cierto. ¡Que tiempos cuando teníamos siete grandes torneos! Cuanto dinero corría por los canales de las administraciones. Corrientes de aluvión que han traído algunos lodos. Pero ese es otro tema.
Lo cierto es que Mr. Pelley se cree muy listo (y tal vez lo sea, no seré yo quien lo dude). Eso no es lo malo, lo malo es que él creía que en la Federación eran todos gilipuertas, por no emplear un sufijo más ordinario. En esa creencia, contrató una agencia para que se ocupara del asunto. De eso no dijo ni pío, por cierto, en el Club de Campo. Así que, después de unos meses de ¿trabajo? infructuoso, la agencia se quitó de en medio. Y Mr. Pelley empezó a sospechar que la cosa no estaba tan fácil y que, tal vez, en la federación no eran tan memos.
Así que “estamos trabajando en ello”. Esa puede ser la razón de que anunciara que están pensando en establecer una oficina del Tour en España. Para “ello”, supongo. Y es que, si pensamos un poco, las empresas españolas, además de no andar muy boyantes, no son gili…eso. Porque, veamos, ¿qué les ofrece un Open de golf? ¿Espectadores? No. Bueno, sí. ¿Cuántos? Muy pocos. ¿Televisión? Sí. ¿Cuántos espectadores? Muy pocos. Es así de crudo. A un premio de golf ¿cuantos espectadores van? En Cataluña, con 30.000 licencias, unos 2.000. En Andalucía, con 40.000, unos 2.500 y en Madrid, con 80.000 licencias, unos 3.000, seamos generosos: 5.000.
Y en la tele ¿cuántos? Si tenemos en cuenta que en España hay unas 270.000 licencias, calculemos que están abonados al MoviStar Golf un 30 por ciento: 90.000. Esa audiencia es la mitad de la que tiene el diario El País, 30.000 menos que La Vanguardia y casi la misma que la de El Mundo. Por supuesto que está por debajo del Marca (125.000) y AS (115.000) con datos de la OJD de enero de 2.017. Con estos datos, ni BMW, ni el HSBC, ni UBS, ni Omega, ni Volvo, todos ellos patrocinadores del Tour Europeo en Asia y Sudáfrica, se animan a patrocinar un Open que en Europa va a tener la décima parte de audiencia que en Asia. Solo en Japón hay federados 15.000.000 de jugadores y por lo tanto de potenciales espectadores porque allí el golf es en abierto.
Le preguntaron a Mr. Pelley si existía la posibilidad de llegar a un acuerdo con la PGA americana para hacer un “circuito mundial”. Sonrió Pelley para decir que nasti de plasti. ¿Alguien piensa que los yanquis, con 17.000 campos de golf y 26 millones de jugadores va a querer repartir el pastel con Europa? ¡Ja! Allí, los premios llegan a los 12 millones de dólares (11,3 millones de euros en el U.S. Open) o sea, hasta diez veces más que en Europa: 0,5 en Portugal; 1 en Italia e Inglaterra; 1,5 en Suecia; 1 en Austria; 2 en Alemania; 1,8 en Dinamarca y Holanda; 1 en Chequia y pásmense ¿…? en el Valderrama Masters, en España. Es verdad que los hay mejor pagados pero son los menos: 7 millones de dólares el PGA en Wentworth; el Open de Francia, el Iris Open (en Dubai), el Open de Italia y el Open de Escocia, todos de la Rolex Series. Mientras, la media americana es de 6,6 millones de dólares.
Con esas cifras, ni el más listo de los canadienses va a poder impedir que los mejores jugadores europeos se vayan a la PGA americana, ni que los patrocinadores estén encantados en USA y en Asia y no tanto en la vieja Europa donde la máxima “potencia” es Inglaterra con algo más de 800.000 licencias. La vieja madre Escocia tiene menos que España (250.000) y con Irlanda allá nos vamos. Claro que ellos tienen un ratio mucho mejor que el nuestro sobre su población: un 5% en Escocia y un 7% en Irlanda frente al 0,7 de España.
Nada se le puede reprochar a la Real Federación Española en cuanto a la “pata” deportiva, las otras dos serían la comercial (turismo) y la social (aficionados). España, con su escasísima potencia golfística como hemos podido comprobar, tiene algunos destacadísimos golfistas profesionales, muchos de los cuales han pasado por los estamentos federativos. El último caso, el del excelente jugador vasco Jon Rahm. Pero mientras sigan apostando por el golf encriptado en la tele no creceremos en afición ni en licencias. Y lo que es peor, seguiremos teniendo fama los que practicamos este deporte de elitistas, de pijos, de ricos, de privilegiados… y así, mal vamos.
Es cierto que desde las instituciones políticas se le tiene un poco de alergia al golf, precisamente por la imagen que tiene. Los políticos son renuentes a apoyar este deporte. No da votos y es cierto que el país, ahora, tiene otras prioridades. Así que si queremos tener un Open de España, además del “clandestino” Andalucía Valderrama Masters, vamos a tener que sudar tinta. Y digo vamos porque ya nos gustaría a los periodistas poder empujar un poquito en la buena dirección para conseguirlo. Pero las letras siguen tirando menos de la audiencia que la fascinante caja tonta. Y aunque se dice que la palabra es arma más poderosa que la espada, aquí los que cortan en bacalao, y no les hace falta la espada, son los bancos y las grandes multinacionales y a esos no les basta con un aperitivo, ellos quieren un plato lleno de peces para tirar allí sus anzuelos.
Dicen quienes lo conocen que Pelley tiene gran imaginación. Le va a hacer falta porque este toro ibérico, que es un embolao, no se torea solo con el magín. Van a hacer falta algunos otros materiales como trabajo, seducción y contraprestaciones. Desde nuestra humilde e ibérica posición le desearemos suerte y vista y que los hados lo guarden del morlaco.