Y Oosthuizen (-16) no falló y ganó el Open con 7 golpes de ventaja sobre Westwood. Quirós, undécimo, el mejor español
Solo él podía perderlo… y ganarlo. Y Louis Oosthuizen (en la foto, con su mujer y su hija tras ganar el Open de Andalucía) conquistó el Open en St. Andrews con 7 golpes de ventaja sobre Westwood.

Cuando después del ventarrón del segundo día del Open 2010 en St. Andrews, el sudafricano Lodewicus Theodorus Oosthuizen, más conocido como Louis y al que sus amigos llaman Shrek, se fue a la Casa Club con siete golpes de ventaja sobre el veterano Mark Calcavecchia, la suerte del Open del ciento cincuenta aniversario, en su edición 139, estaba echada.
Solo media docena de jugadores podían ganar la Jarra de Clarete, símbolo del triunfo en el mejor torneo de golf del mundo, pero solo uno, Oosthuizen, precisamente, podía perderlo.
Y ya la tercera jornada, con una tarjeta de 69 golpes, sumada a las dos de 65 y 67, del jueves y el viernes, el sudafricano de 27 años, forjado en la factoria de la Fundación Ernie Els, que le ha ayudado durante los tres primeros años de su vida profesional, y de la que se acordó al besar la Jarra de Clarete, igual que de Nelson Mandela, en su 92 cumpleaños, y de su mujer, y de su niña bebé, y de sus padres, y de sus patrocinadores… ya se sabía que solo él y nadie más que él era dueño de su destino.
El domingo, con viento soportable, para lo que sopla Eolo en St. Andrews habitualmente, la gloria del Open era cosa de dos, casi un macth play entre el primero, Oosthuizen (-15) y Paul Casey (-11). Eran cuatro golpes de diferencia que bien podrían disiparse en cuanto el líder tuviera algún problema físico (enviar una bola fuera de límites, caer en los bushes, o tropezar en el hoyo 17, por ejemplo), o mental (presión añadida por la responsabilidad, el gran ambiente del público, como siempre correcto y entendido, el blanqueo de la mente…).
Pero nada de eso se produjo. Es más, en el hoyo 9, el líder se hizo un birdie y fue más líder y en el 12, el perseguidor firmó un siete, después de que su bola de salida se metiera en los bushes (arbustos) y tuviera que dropar. Y ese triple bogey tuvo una triple consecuencia. El líder ya era ganador indiscutible porque una ventaja de ocho hoyos, a falta de seis hoyos, no se le hubiera ido ni a Jean Van de Velde, y menos en un campo como St. Andrews, con viento apacible; además, Casey, el perseguidor ya era solo un problema de sí mismo, y, por si eso fuera poco, Oosthuizen seguía a lo suyo, dialogando muchas veces con Casey, lo cual dice mucho en su favor como compañero, a pesar de que al rival no hay que darle, en ocasiones como ésta, ni agua.
Y así se llegó al diecisiete, donde Louis cedió un golpe, para terminar en la apoteosis del dieciocho con siete de ventaja sobre el segundo, que terminó siendo Lee Westwood. Sin el bogey del 17, el sudafricano habría igualado la ventaja de ocho golpes con la que Tiger Woods ganó el Open de 2000, también en St. Andrews. Pero la modestia de Lodewicus Theodorus, le impidió igualar al todavía número 1 del mundo.
NADA ES LO QUE PARECE
Y en año de Ryder, con sede europea, el mal rendimiento de los norteamericanos en St. Andrews arrima el ascua a la sardina de la victoria de los europeos. Sin contar al ganador, que es sudafricano, los cuatro que le siguen en la clasificación del Open 2010, son europeos: Lee Westwood, segundo (-9) y los tres empatados en la tercera posición (-8): Rory Mc Ilroy, que se ha sabido sobreponer al éxito del jueves (-9) y al fracaso del viernes (+8), Henrik Stenson y Paul Casey.
De los 24 norteamericanos que pasaron el corte, solo hay dos entre los diez primeros: Sean O’Hair y Nick Watney, empatados (-6) en la séptima posición. Y de los dos grandes, nunca más se supo. Tiger terminó sin pena ni gloria el 23 (-3), con tarjetas de 67, 73, 73 y 72 golpes. En cuanto a Mickelson, que no termina de ser el eterno aspirante al número 1, a pesar de todo lo que le ayuda Tiger a conseguirlo, acabó en un triste y oscuro puesto 43, con un golpe sobre el par 72 del campo, al que solo pudo ganar el viernes y el sábado. Sus tarjetas de 73, 71, 70 y 75 lo dicen todo.
Pero en el golf nada es lo que parece y los cinco españoles supervivientes, que en la última jornada empezaban entre los veinte primeros; todos menos Álvaro Quirós, que iba al par y descolgado en la tabla, terminaron por debajo del gaditano. Quirós, con una magnífica última ronda de 67 golpes, cinco abajo en el día y en el total de la clasificación acabó undécimo y siendo el primer español.
El segundo, Nacho Garrido, que se ha mantenido en un excelente tono durante todo el torneo (69, 71, 73 y 71) y ha terminado (-4), en decimocuarta posición. Además fue el único capaz de hacerle un birdie al 17 en la jornada del viernes.
Sergio García que, después de dos jornadas, apareció ante los periodistas para decir que “así no merece la pena seguir”, mejoró algo el sábado, pero el domingo volvió a aparecer el mal fario que le ronda por la cabeza y acabó al par (71, 71, 70 y 72), empatado en la decimocuarta posición (-4) con el madrileño.
Miguel Ángel Jiménez (72, 67, 74 y 73) empezó mal; lo arregló el viernes y lo terminó de rematar durante el fin de semana. En definitiva, el 27, con dos bajo par. Igual que Alejandro Cañizares. Lo de Cañi fue todavía peor (67, 71, 71 y 77). De los cinco bajo par del jueves, a los cinco sobre par del domingo hay todo un abismo que el joven Cañi no sabe cruzar. Los últimos días de torneo son para él, y por el momento, un verdadero martirio. El viernes era tercero; el sábado, cuarto y el domingo terminó pidiendo la hora y deslizándose peligrosamente hasta el puesto 27 (-2).
¡Otra vez será, y en St. Andrews habrá que esperar cinco años!
Crónica de la tercera jornada
OOSTHUIZEN AGUANTÓ EL TIPO
Y Oosthuizen aguantó el tipo. Empezó con un bogey en el primer hoyo de la tercera jornada, pero al final, en el hoyo 18, firmó un birdie, que pudo haber sido un eagle, y acabó (65, 67 y 69), con quince golpes bajo el par 72 del Old Course, en St. Andrews, donde se sigue celebrando la edición 139 del Open, es decir, del Open Británico de toda la vida y que coincide con el 150 aniversario del primer torneo que se jugó, sino con este nombre, sí con la misma identidad y con la misma idea: el Grande con más prestigio de los cuatro que se juegan cada año.
Pocos daban una libra por el sudafricano Louis Oosthuizen al comenzar la tercera jornada del Open. Y menos después de verle firmar un bogey en el primer hoyo del día. Sin embargo, el ganador del Open de Andalucía de este año, se ha mantenido firme en su juego, ha aceptado su primer bogey con deportividad y ha jugado, a través del viento que, a veces, soplaba a 40 kilómetros por hora, con una serenidad que no parece normal en un jugador con tan poca experiencia, no ya en Grandes, sino en pequeños. Hoy tenía que evitar los errores de bulto. Y no los tuvo. Solo su ansiedad en el segundo golpe del primer hoyo le hizo mandar la bola lo suficiente lejos del agujero para que tuviera que hacer tres putts. A partir de ahí, pares en todos, menos en el 7 y el 9 de la primera vuelta, y el 16 y el 18 en la segunda.
Su inmediato perseguidor, el cincuentón Mark Calcavecchia, prácticamente retirado de la competición convencional en el Circuito Americano y dedicado más al Champions Tour, se vino abajo en los tres primeros hoyos, culminados con bogeys. Luego, en el hoyo 5, el único par 5 de la primera vuelta, envió una bola fuera, sacó una provisional y cuando iba a jugar el cuarto golpe desde la calle, un Oficial del R&A le avisó de que su bola había aparecido y aún podría jugarla. Calcavecchia levantó la bola provisional y luego resultó que la bola encontrada no era la suya. Tuvo que volver a dropar la bola provisional y, sobre los golpes que hizo se le sumó uno de penalidad con lo que el nueve con el que rubricó el hoyo le dejó para los leones. Había empezado la tercera vuelta con -7 y en el hoyo 5 ya estaba al par. En todo caso, el veterano norteamericano, que juega el Open como ganador que fue de la edición de 1989, supo sobreponerse a la edad, al viento reinante y al dolor que le produjo en su muñeca derecha un golpe mal dado, y en la segunda vuelta hizo tres birdies seguidos, en los hoyos 12, 13 y 14, para volver al bogey en el 16 y sumar una tarjeta de 70 golpes y descender, de la segunda posición, a la 26, junto a su zurdo compatriota Phil Mickelson (73, 71 y 70), con un total de dos golpes bajo par y olvidarse, no ya de la victoria, sino del top ten.
Así que Louis Oousthuizen, que el sábado podría haber perdido el Open, posiblemente lo ha ganado o, al menos, tiene ahora muchas más posibilidades. Bien es cierto que los cinco golpes de ventaja que le llevaba a Calcavecchia al final de la segunda jornada, son ahora solo cuatro, pero no es menos cierto que su rival en el partido estelar de la jornada dominical es Paul Casey, que firmó la mejor vuelta del sábado, con 67 golpes, con un total de once golpes bajo el par del campo.
Si el golf fuera cosa de lógica, el Open 2010 sería un duelo entre un sudafricano, Oosthuizen (-15) y un inglés, Casey (-11), pero en una última jornada, en un Grande y en St. Andrews, con Eolo vigilando el Old Course, todo puede suceder. Y eso que el tercero en discordia, Martin Kaymer (-8), está a siete golpes del líder y los tres jugadores que ocupan la cuarta plaza, entre los que se encuentra Alejandro Cañizares (67, 71 y 71), que en este su debut en un Grande, se está comportando como un idem, Henrik Stenson y Lee Westwood, también podrían dar la sorpresa.
En la séptima posición encontramos al primer norteamericano. A falta de Tiger, de Mickelson y de algún que otro de los nombres importantes del Circuito Americano, una generación distinta está tomando el relevo en St Andrews. Dustin Johnson es séptimo (-6) y Nick Watney, Sean O’Hair y Rickie Barnes ocupan la octava plaza (-5), junto a Retief Goosen.
SERGIO HA VUELTO… DE MOMENTO
El viernes, al final de su vuelta de 71 golpes, igual que la del primer día, Sergio García aseguraba (ver información en esta misma página) que “así no se puede seguir. Yo no he venido aquí a hacer el par o menos una. De esta manera no merece la pena seguir jugando…”. Bien, el sábado no hizo menos una, sino menos dos, con lo que al final, con -4 en el acumulado, el de Castellón ocupa el puesto 12 y supera a Tiger Woods (-3) y a Phil Mickelson (-2). Además, como Sergio ha jugado mejor y ha hecho un eagle y dos birdies, parece que las cosas se han normalizado después de que el viernes el de Castellón soltara en rueda de prensa todo lo que lleva dentro y le corroe desde hace tiempo. Lástima que dos bogeys, en los hoyos 2 y 17, precisamente los que el jugador ha comentado para golfinone (ver reportaje en esta misma página), le sacaran, momentáneamente de los puestos de privilegio.
Otro de los españoles que está entre los veinte primeros es Nacho Garrido que, a pesar de tener un dedo lesionado por un accidente doméstico, está realizando una de sus mejores actuaciones en un Grande. Después de tres jornadas (69, 71 y 73), con menos tres al total, ocupa la plaza decimo octava, empatado con Tiger y con Miguel Ángel Jiménez. Lástima que el hoyo 17, en el que el viernes fue el único jugador que hizo un birdie, le estropeara la vuelta sabatina al acabarlo con un doble bogey.
Jiménez (72, 67 y 74), también hizo doble bogey en el 17. Intentó un approach de tercer golpe que tenía que sobrevolar el bunker, pero la bola salió disparada hacia arriba y atravesó la carretera. A punto estuvo de irse fuera de límites pero, finalmente se quedó prácticamente pegada al muro que limita el campo. Jugó una bola de lujo, como en el billar, pero en lugar de golpear la banda, lo hizo golpeando la bola contra el muro de piedra para que rebotara, saltara la carretera y reposara en el green. Y así lo hizo. Lástima que, en lugar de uno, fueran dos putts los que necesitara para finalizar el hoyo 17, que comparado con el monstruo del Lago Ness es una princesita de Disney.
Álvaro Quirós, al par, es el 41, el último de los cinco españoles que siguen en St. Andrews. (La foto de Louis Oosthuizen es de Michael Denker, tomada en el Open de Andalucía 2010, ganado por el sudafricano)
Crónica de la segunda jornada
Solo LouisOosthuizen puede perder el OPEN 2010
Hay varios jugadores, no muchos, quizás una docena, que, a falta de dos jornadas, tienen posibilidades de ganar el Open Británico 2010 que se está jugando en St. Andrews. Sin embargo, solo hay uno que puede perderlo, el sudafricano Louis Oosthuizen. Con dos vueltas de 65 y 67 golpes, el ganador del pasado Open de Andalucía, el único trofeo con que cuenta en su palmarés, lidera el British Open con doce golpes bajo el par 72 del Old Course y tiene cinco golpes de ventaja sobre su inmediato seguidor: el veterano norteamericano Mark Calcavecchia, ganador del Open en 1989, y que ha sido el único capaz de hacer 67 golpes en la jornada del viernes, igual que el líder y que Miguel Ángel Jiménez.
Si Oosthuizen, que aparece en la foto de Michael Denker con el trofeo conquistado al ganar el Open de Andalucía 2010, su única victoria en el Tour Europeo, sabe conservar su ventaja y jugar con cabeza los dos últimos días del Open, puede ser un sorprendente ganador. Pero ¡golf es golf! como hubiera dicho Vujadin Boskov, si en lugar de entrenador de fútbol lo hubiera sido de golf, y en dos días, en St Andrews, con tiempo inestable, todo puede pasar.
En segunda posición, Calcavecchia, a sus cincuenta años, es el mejor norteamericano del torneo y, aunque está a cinco golpes del líder, puede presentar sus opciones al triunfo, sobre todo teniendo en cuenta que las condiciones meteorológicas pueden mejorar durante el fin de semana.
Tras los dos primeros clasificados, hay cuatro jugadores empatados con -6, entre ellos, Alejandro Cañizares que el sábado, de madrugada, terminó los seis hoyos que le faltaban de la ronda del viernes, suspendida por falta de luz, y nombres como los de Paul Casey y Lee Westwood, junto con la sorpresa de un jugador amateur coreano, Jin jeong, qye está en St. Andrews como campeón del British amateur.
Cañizares está haciendo un magnífico torneo y de ello dan buena prueba sus dos tarjetas de 67 y 71 golpes, y el birdie final en el 18, para culminar dos jornadas en tercera posición y a seis golpes de la cabeza, pero solo a uno del segundo puesto. Miguel Ángel Jiménez es séptimo (-5), empatado con otros seis jugadores entre los que se encuentran Tom Lehman y Graeme McDowell. El parón del viernes por el fuerte viento, que hizo esperar durante más de una hora a varios partidos, entre los que estaba el de Tiger Woods, complicó una jornada en la que hubo partidos que tardaron hasta seis horas en hacer los dieciocho hoyos (Ver comentario del autor de esta crónica en esta misma página).
El mal tiempo, en forma de vientos de 30/40 kilómetros por hora, se ha cebado, sobre todo, con los partidos de la tarde. De ahí los malos resultados de algunos jugadores como Rory McIlroy, que si el jueves tenía una relación de amor con St. Andrews, después de firmar una tarjeta de 63 golpes, el viernes el amor dio paso al odio y el joven norirlandés se hizo 80 golpes y con un total de -1, figura en la posición 38.
Tiger Woods fue otro de los perjudicados, no solo por el viento, sino por el parón que las fuertes ráfagas dejaron los partidos en suspenso durante algo más de una hora. Al final, Tiger, que empezó con dos bogeys en el hoyo 1 y en el 2, terminó con 73 golpes y está con -4 en la decimocuarta posición. Nacho Garrido, el tercer español, está empatado con Tiger y ha sido el único jugador capaz de hacerle un birdie al monstruoso hoyo 17 que, con el tee retrasado cuarenta metros, está haciendo estragos entre los jugadores.
Sergio García, al borde de un ataque de nervios, dio una rueda de prensa al finalizar la jornada, en la que dejó entrever su desesperación por los resultados que obtiene últimamente y hasta contempló la posibilidad de dejar el golf “ya que así no merece la pena seguir”, aunque matizó que nunca se sabe si será cosa inmediata o dentro de unos años. Sin embargo, el de Castellón, con -2 al total, igual que Álvaro Quirós, está en la posición 28, que no es tan desesperante como lo es para muchos de los grandes no haber pasado el corte.
Además de dos españoles, Gonzalo Fernández Castaño y José Manuel Lara, nombres como los de Tom Watson, que el pasado año fue segundo en Turnberry y a punto estuvo de ganar, Ángel Cabrera, Justin Rose, Rhys Davies, David Duval, Davis Lowe III, Geoff Ogilvy, Padraig Harrington, Edoardo Molinari y otros muchos, podrán ver las dos jornadas finales de este Open 2010, desde sus respectivos domicilios.
Crónica de la primera jornada
EL GRAN AMOR DE RORY MCILROY
El amor que el joven McIlroy, ex Rocíito para sus amigos españoles, siente por St. Andrews, parece que es un amor correspondido. En la primera jornada del Open 2010, que conmemora los 150 años de su existencia, aunque sea ésta la edición 139, porque las diferentes guerras europeas obligaron a suspender once veces el torneo, el norirlandés, que ya es una figura a sus 21 años, pero que lleva camino de convertirse en un verderado fenómeno golfístico, con permiso de Tiger, finalizó su recorrido en el hoyo 18 del Old Course, con una tarjeta de 63 golpes, nueve bajo el par del campo, que es un nuevo record en la historia del Open Británico. Claro que jugó en un campo en magníficas condiciones, con greenes receptivos, porque durante la mañana del jueves 15 de julio de 2010, las condiciones meteorológicas en la cuna del golf no pudieron ser mejores.
Los agoreros del mal tiempo que casi siempre aciertan en Escocia esta vez se equivocaron de lleno. Lo único que saben con toda seguridad es que al golf se puede jugar hasta con sol, incluso en St. Andrews. Pues bien, si el miércoles , 14 de julio, la lluvia y el viento impidieron a los jugadores salir al Old Course a entrenar y obligaron a suspender el torneo de Maestros, que se iba a disputar a cuatro hoyos, el miércoles 14, y al que había sido invitado Severiano Ballesteros quien, finalmente y aconsejado por sus médicos, desestimó la invitación y se ha quedado en Pedreña, el jueves parecía que iba a caer la mundial sobre el nordeste de Escocia. Y así fue de madrugada, pero desde que se inició el torneo, a las 06.30 de la mañana, que en la España peninsular eran las 07.30, hasta el final de la jornada matutina, el tiempo no pudo ser mejor. Incluso salió el sol. Y los greenes que recibían las bolas de los jugadores en fraternal abrazo, propició que al final de la ronda mañanera, no solo McIlroy firmara nueve bajo el par 72 del Old Course, sino que John Daly (-6) a punto estuvo de terminar con algún golpe menos y que jugadores como Andrew Coltart firmaran también 66 golpes. Hasta Tiger Woods que, al final, acabó en octava posición (-5) pudo terminar con mejor resultado de escándalo si no le falla el mínimo putt del 17, por ejemplo. Marcel Siem, por ejemplo (-5) fue otro de los mañaneros a los que le sonrió la fortuna en forma de buen tiempo.
Por la tarde fue otro cantar, aunque, a pesar de que levantó el viento y en ocasiones resultaba muy molesto, solo llovió al final de la jornada y durante media hora aproximadamente. Fue lo bastante para acabar con las ilusiones de algunos, por ejemplo las de Phil Mickelson que, cada vez que tiene a Tiger a tiro, se le encasaquilla la escopeta. El zurdo norteamericano terminó la primera jornada con 73 golpes (+1), con una tarjeta anodina en la que anotó un doble bogey en el hoyo 13 y un único birdie, eso sí, en el hoyo 18, lo que le da una cierta moral de cara a la jornada del viernes.
Y que se espera del viernes, precisamente, pues de nuevo lluvia, viento y malas condiciones climatológicas. Eso es lo previsto, claro, pero ya se sabe lo caprichoso que es el tiempo.
De los 155 jugadores en liza, casi la mitad está en números rojos y con los resultados de la primera jornada, el corte estaría en el par del campo.
De los siete españoles que participan en el Open y que aprovecharon la jornada lluviosa del miércoles para promocionar la Candidatura de Madrid/Tres Cantos a la Ryder Cup 2018, solo tres han terminado bajo par en la ronda inaugural. El mejor de ellos, Alejandro Cañizares que jugó por la mañana y aprovechó su buena forma para terminar con cinco golpes bajo par, empatado en octavo lugar, entre otros con Tiger Woods. No podía haber soñado un mejor estreno en un Grande, el joven Alejandro: 67 golpes en el Old Course, en el 150 aniversario del Open Británico. Con él, en números rojos, Ignacio Garrido (-3), en el puesto 31 y Sergio García, el 60 (-1). Los tres pasarían el corte mañana viernes con estos resultados. No lo harían, ya que el corte estaría en el par, como queda dicho, ni Gonzalo Fernández Castaño, ni Álvaro Quirós, ni Miguel Ángel Jiménez, los tres con 72 golpes, ni por supuesto José Manuel Lara, al que su paso por el Open ha sido debut y despedida, ya que con 80 golpes en el día (+8), solo tiene que preparar las maletas para volverse a Valencia cuando termine la segunda vuelta, con lo que no podrá luchar con el resto de jugadores -hasta un total de 155- no solo por la gloria, sino por las 4.800.000 libras esterlinas, o lo que es igual, 7.278.240 $, o lo que es igual, 5.724.000 € del total de premios de esta 139 edición del Open Championship.
Previsión meteorológica: durante el viernes, la amenaza de lluvia es de un ochenta por ciento y el sol se verá muy poco. Sin embargo, la amenaza de lluvia para el sábado y el domingo, es menor que la de jueves y viernes, con temperaturas mínimas alrededor de los 12/13 grados centígrados y máximas de 19 y 20.
ESPAÑOLES: SENSACIONES BIEN DISTINTAS
Entre los siete españoles, las sensaciones son bien distintas. Sergio García juega su decimocuarto Open Británico, torneo que estuvo a punto de ganar en Carnoustie hace unos años. Antes de comenzar el torneo, Sergio, que vistió durante la primera jornada una camiseta en la que aparecía la estrella dorada, símbolo de la victoria de España en el Mundial de Fútbol, aseguró que: “no estoy en mi mejor forma, pero sigo trabajando y espero que mi esfuerzo de resultados pronto. Y si es esta semana en el Open Británico, mejor que mejor”
Junto al joven/veterano, dos novatos en el Open, Alejandro Cañizares: “he jugado el Old Course en cuatro ocasiones, en el torneo que organiza Dunhill, pero ese es un campeonato con amateurs y la preparación del campo es totalmente diferente”. Otro de los novatos es el valenciano José Manuel Lara, que no solo se estrena en un Open Británico, sino que éste es su primer Grande. Desgraciadamente, el estreno no ha sido lo brillante que Lara hubiera deseado.
Miguel Ángel Jiménez, que no pasó el corte la semana pasada en el Open de Escocia, celebrado en Glasgow, pero que sigue con la euforia de su triunfo en el Open de Francia, en París, se tomó con filosofía el mal tiempo del miércoles: «me siento muy cómodo en este campo, pero si el tiempo viene tan duro como este miércoles, habrá que tener mucha paciencia”. El malagueño practicó el miércoles el juego corto, dio unos golpes largos en la cancha de prácticas y se preparó “para lo que venga los próximos días”.
Álvaro Quirós, que no quiere hablar de fútbol hasta dentro de cuatro años, aunque lleva en la bolsa una bandera de España con toro incluido. “He jugado el Old Course en tres ocasiones: dos Dunhill y un British Amateur. Si el viento sopla, como anuncian las previsiones, va a ser un campo muy largo y los greenes se van a poner muy duros. Es un recorrido que me gusta mucho, pero habrá que tener cuidado; sobre todo con el 17 (se ha retrasado el tee casi 40 metros)” explicó Quirós, uno de los siete componentes de la “Armada Española” presentes en St. Andrews
A Nacho Garrido le persigue la desgracia en forma de accidente casero: Me he pillado un dedo con una puerta y no puedo apretar bien el palo. La semana pasada fue horrible y esta va algo mejor, pero me sigue doliendo al presionar el “grip”. El Old Course es un campo complejo, «en el que tienes que mantener la bola en juego siempre, patear muy bien y ser inteligente. El cambio de tee del 17 lo ha convertido en el hoyo más difícil del campo, y como sople mucho viento en contra va a ser muy complicado, para algunos, llegar de dos a green. Habrá que mentalizarse para jugarlo como un par 5».
Gonzalo Fernández-Castaño no está en su mejor forma, aunque “golf es golf” y todo puede pasar en cualquier momento: ¿por qué no aquí y ahora? El viernes tendrá que luchar para pasar el corte.
SIN SEVE NO HAY CELEBRACIÓN
La meteorología no ha permitido, como se dice al principio de la crónica que la fiesta prevista para conmemorar el 150 aniversarioo del Open Británico, se celebrara sin Seve. Jugadores como Arnold Palmer, Gary Player, Lee Trevino, Bob Charles, Sir Nick Faldo, Tom Watson, Tiger Woods, John Daly, Padraig Harrington, , Calcavechia o Stewart Cink, repartidos en siete equipos, se disponían el miércoles por la tarde a jugar los hoyos 1, 2, 17 y 18 de St. Andrews. Finalmente, el mal tiempo ha aconsejado dejar la celebración para otro momento en el que, a buen seguro, sí estará el mejor golfista español de todos los tiempos.