Rahm (-17), vuelve al Nº 1 con su brillante victoria en California. Tiger (-1) aguantó hasta el final
Jon Rahm (-17), en la foto, ganó el Genesis Invitational, en California, con dos golpes de ventaja sobre Max Homa. Tiger Woods (-1) resiste hasta el fina, aunque cayó al puesto 45.

(En la imagen, Jon Rahm contempla cómo su putt de 14 metros, en el par 3 del hoyo 14, en la última jornada, el domingo 19, se convierte en un birdie para su tarjeta y, a partir de ese momento, no hubo duda de quien iba a ser el ganador del torneo).
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Port supuesto que lo volvió a hacer, y no pasará mucho tiempo sin que lo repita: Jon Rahm (-17) ganó con toda brillantez, el Genesis Invitational que finalizó el domingo 19 de febrero, en The Riviera Country Club (par 71), en la localidad californiana de Pacific Palisades, a 20 kilómetros al oeste de Los Ángeles. Luego de empezar con algunas dudas y ver como Max Homa, su rival más directo, le empataba tras acortar la distancia de tres golpes con las que Jon salió a jugar el domingo, sus golpes magistrales a green, y su putt inconmensurable -sobre todo el que embocó en el hoyo 14, par 3, desde unos 14 metros- le llevaron hasta la quinta victoria en los últimos nueve torneos disputados.
Homa (-15) acabó segundo y Patrick Cantlay (-14), tercero. Lo curioso es que el español acabó delante de siete norteamericanos, que se cansaron de perseguirlo, sin posibilidad alguna de alcanzarlo. Rahm no solo se ha embolsado 3.600.000$ de los 20.000.000$ que se repartían en premios, aparte de los 550 puntos FedEx, se ha convertido, también, en el segundo español con más victorias -diez- en el PGA Tour, por delante de las nueve de Severiano Ballesteros y por detrás de las once logradas por Sergio García que, desgraciadamente, si las cosas no cambian, no podrá aumentar debido a su «expulsión» del PGA Tour por haber fichado por el LIV Tour saudí.
Después de sus triunfos seguidos y otros dos Top Ten últimos, Jon Rahm (65, 68, 65 y 69), ha consolidado, no solo el liderato de la FedEx Cup, sino que ha recuperado el liderato del ranking mundial. Sus dos grandes competidores en la cabeza de la lista, Scheffler y McIlroy, no pudieron ni quedar en el Top Ten del Genesis Invitational: el texano acabó (-8) decimosegundo y el norirlandés (-4), vigesimonoveno.
EL INCREÍBLE JON RAHM
Jon Rahm no se apea de las primeras plazas en cada competición que disputa. Esa regularidad, tan cerca de la cabeza, es lo que hace del de Barrika, un jugador genial. Un ejemplo: Homa terminó en el Phoenix Open la pasada semana, en el puesto 39, mientras Rahm fue tercero. Otrosí digo: McIlroy, que acabó el domingo 19, a 13 golpes del vasco, la semana anterior acabó el 32. Scheffler, ganador la semana pasada en Phoenix, acabó en California, a 9 golpes del de Barrika… Y así podríamos seguir buscando estadísticas y veríamos que Rahm no falla nunca… o casi nunca, que esto es el golf… y la madre que lo parió.
En esta ocasión, una vez más y esperemos que siga la racha, Jon añadió a su lista una nueva victoria, que es la tercera en el año, y eso, a pesar de que su juego, ni desde el tee, ni con el putt, ha sido lo mejor de la temporada. Esa es su fuerza. Hace buenos resultados aún cuando no juega a tope… y es que en el golf, nada es lo que parece, excepto si hablamos de Jon Rah,
UN ANFITRIÓN LLAMADO WOODS
Aunque la jornada del viernes no pudo terminarse por falta de luz, casi todas las posiciones de cabeza están claras. Sin embargo, el corte no se estableció hasta el sábado por la mañana, cuando acabaron los partidos que se quedaron sin finalizar. A pesar de la incertidumbre, el «renovado» y renqueante Tiger Woods no solo pasó el corte, sino que salió con más ganas que nunca.
El caso es que, como reza el blasón de Sir Arthur Conan Doyle, aplicado a sí mismo por Camilo José Cela, «el que resiste gana». Y vaya si resistió. Terminó baldado -según él mismo contó-, pero no en balde; es decir, agotado, pero no en vano. Al margen del cansancio, debido a su leve cojera que le acompaña permanentemente y a la falta de competición, el caso es que el Tigre (69, 74, 67 y 73) pasó el corte por los pelos, pero su esfuerzo tuvo la recompensa de una tercera ronda con cuatro golpes bajo el par 71 del campo. Y en la cuarta jornada, desde el puesto 26, empatado (-3) en un grupo de siete jugadores, entre los que se encontraban, ni más ni menos, Justin Thomas y Viktor Hovland, a los que plantó cara durante las dos primeras rondas que compartieron jueves y viernes, no pudo culminar su buena actuación del sábado y firmó una tarjeta de 73 golpes para terminar con un acumulado de -1, en el puesto 45. Pero lo importante es que no solo quiso, sino que pudo pasar el corte y terminar caminando las cuatro jornadas. Posiblemente no se le vuelva a ver en competición hasta el Masters de Augusta; pero ahí sigue, siendo todo un espectáculo, «manque pierda».
Y es que esta tradicional competición, cuyo anfitrión era el propio Tiger Woods y donde el jugador había elegido volver a competir, dos meses después de su última aparición en un campo de golf, a mediados de diciembre pasado, no hubiera sido igual sin su presencia el fin de semana. El público sigue animándole como si fuera líder siempre y es que, Tiger le está pegando muy bien a la bola y logra unas distancias con el driver, a sus 47 años, que compiten con las más largas, y se ha comprobado en este primer torneo oficial que disputa, sin ser un Major, desde 2020.
El corte se estableció en +1 y lo superaron 68 jugadores, entre los que no estaban nombres tan importantes como los de Jordan Spieth, Keegan Bradley, Hideki Matsuyama, Matt Fitzpagtrick o Justin Rose.
A pesar de esas ausencias, ahí siguen grandes nombres para un gran torneo, con el espectáculo asegurado y la esperanza al comprobar el estado de forma de Tiger Woods, dos meses después de su última aparición, que solo fue una exhibición con su hijo. Este torneo, considerado por el PGA Tour como uno de los doce «elevados/destacados» -once de los cuales deberán jugar «obligatoriamente» los pros del circuito norteamericano-, tiene 20.000.000$ en premios, como el de la pasada semana en Arizona, y en el que no estará el defensor del título, el chileno Joaquín Niemann, enrolado en las filas del LIV Tour y «castigado» por eso sin su parte de la tarta que, el pasado año, ascendió a 2.160.000$, que este año se han incrementado en más de un millón, gracias a la subida del pan, es decir del total en premios.