Salieron juntos y la armaron. No iban dentro de ningún caballo de madera, ni aquello era Troya, sino Le Gof National, en Versalles cerca de París; no eran ni Ulises, ni Menelao, dos de los cincuenta guerreros que según algunos historiadores iban dentro del caballo que los griegos ofrendaron a Atenea y los troyanos metieron dentro de sus murallas, sin saber que introducían al enemigo en casa. Simplemente eran dos españoles, dos malagueños, aunque uno de ellos ha nacido en Madrid, pero se crió en el Sur, que en la última jornada del Open de Francia, el 4 de julio, luchaban, desde el partido anterior al estelar, por ganar el torneo más antiguo del continente europeo y uno de los mejor dotados, con 3.000.000 € en premios.
Y estaban luchando por el triunfo como si fueran dos infiltrados españoles en la Troya de Francia, Le Golf National, el campo que han dispuesto los franceses para que sea la sede de la Ryder Cup 2018, en la que compiten con España y otros países. Le Golf National es un magnífico campo, pero este año son dos los españoles que le han ganado con creces.
A falta de un solo hoyo, el terrible 18, un par 4 de Le Golf National, que ha costado muchos disgustos a los jugadores durante toda la semana, los dos jugadores, Miguel Ángel Jiménez y Alejandro Cañizares encabezaban la clasificación: Jiménez con trece golpes bajo par, en total, y Cañi, dos golpes por detrás.
Cuando todo parecía decidido por la experiencia del veterano Jiménez -excluidos ya de la lucha los dos golfistas que salieron en el último partido, Kaymer y Webster-, el pisha se fue al agua de segundo golpe, con lo que demostró, una vez más, que en el golf no hay nada decidido hasta el final y que, como dijo en la entrevista posterior a su triunfo, “hasta el rabo todo es toro”. Total: doble bogey para Jiménez y par para Cañi. Los dos quedaban empatados con once golpes bajo el par 71 de Le Golf National y tenían que salir a un play off con Francesco Molinari que esperaba -o que no se lo esperaba- en la Casa Club.
Y otra vez al mítico 18. Jiménez salió primero: driver al centro de la calle, con buen tiro a la bandera. Molinari: driver al bunker de la derecha de la calle, mal. Cañi: madera tres al agua de la izquierda, susto o muerte.
Segundo golpe (tercero para Cañi): bola al agua de nuevo, con lo que el joven español pasó del susto a la muerte, en forma de triple bogey. Molinari: salida de bunker a la calle, para intentar llegar de tres golpes al green. Jiménez, golpe que pasa el agua, pero que se va al rough de la izquierda. De tercero, el pisha va a green, pero se pasa tres o cuatro metros de la bandera. De tercero, Molinari se va al bunker y de cuarto se pasa de la bandera y patea antes que Jiménez. A todo esto, Cañi ya es un mudo testigo de la lucha por el título, ya que está en green de cinco golpes.
Molinari: quinto golpe con el putt. Y emboca, magnífico, pero es un bogey. Ahora le queda al pisha un putt de tres o cuatro metros para ganar. ¿Y qué dirán los lectores que hace? ¡Emboca, claro! (Ver Romance del Pisha en esta misma página).
Y el triunfo le reporta al pisha no solo 500.000 €, sino la sexta plaza de la Carrera hacia Dubai, el sexto puesto en la lista de la Ryder Cup y meterse entre los cincuenta primeros del ranking mundial. Así que, por la noche, a quemar París, desde un local donde dejen fumar puros.
EL PERO DEL PURO
Por cierto, no me gustó nada que Jiménez encendiera un puro al terminar el torneo y se lo fuera fumando mientras le acercaban en un buggie al tee del 18. El malagueño no fuma ya durante el recorrido, pero debería haber esperado al final del play off para encenderlo. También lo llevaba en la mano, apagado, supongo, durante la entrega del trofeo, aunque para sujetar la copa y elevarla sobre su cabeza, tuvo que agacharse a dejar el puro detrás de la base en la que se apoyaba el trofeo.
En cuanto a Cañizares, su segunda plaza compartida con Francesco Molinari, le da derecho a jugar el Open Británico y, además, a embolsarse algo más de 250.000 €, lo que no está nada mal.
Y mientras, Rafa Nadal ganaba su segundo Wimbledon al checo Berdich, en tres sets… y los españoles seguíamos soñando con el Mundial de Fútbol.
La cuarta plaza fue para otro joven: Rory McIlroy (-10). Tras él, otro jugador inglés de pocos años, Danny Willet (-8). El primer francés fue Gregory Bourdy (-7), en la sexta posición. El Open de Francia, como Roland Garros se sigue quedando huérfano de jugadores nacionales.
Ian Poulter y Lee Westwood, que empezaron a jugar con achaques se han conformado con el puesto 18, empatados con -4 y el jovencísimo italiano Matteo Manassero, con -3, quedó en el puesto 26.
Álvaro Quirós, con 69 el domingo, fue el 32 y los dos españoles restantes no jugaron nada bien la última jornada. Garrido sumó cinco golpes de más en los hoyos finales y con un 78, quedó el 60, al par total. Rafa Cabrera fue el 69 (+7).
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Crónica de la tercera jornada (3 de julio 2010)
Cañi (-8) pierde la cabeza en el Open de Francia tras bañarse en los hoyos 16 y 18. Kaymer es líder.
Dos malos golpes, uno de salida en el hoyo 16 (par 3) y un segundo golpe en el 18 (par 4), que se fueron al agua por poco, y se convirtieron en dobles bogeys, fueron los culpables de que Alejandro Cañizares, que llevaba tres golpes de ventaja a Martin Kaymer, a falta de tres hoyos para terminar la tercera jornada, perdiera el liderato y finalizara en segunda posición (-8), empatado con Steve Webster, a solo un golpe del nuevo líder, el alemán Kaymer que defiende el título conseguido el pasado año en este mismo Golf National, en Versalles, cerca de París, donde el domingo termina el Open de Francia, con Cañi que sigue con las posibilidades intactas de conseguir el título, igual que el viejo rockero, Miguel Ángel Jiménez que, con su -7, ocupa la cuarta posición, empatado con otros seis jugadores.
En cuanto a los españoles que quedan en liza, Ignacio Garrido es el 26 (-2); el 46 es Álvaro Quirós, al par, que ha ido de menos a más; Rafael Cabrera Bello, el 62 (+3)
Crónica de la segunda jornada (2 – julio – 2010)
Cañizares, líder en el Open de Francia
Una vez más, Alejandro Cañizares (-10) ha comenzado con fuerza en el Alstom Open de Francia que se juega en esta primera semana de julio. Este torneo, que reparte tres millones de euros y que es uno de los más ricos del European Tour, se disputa en Le Golf National, en Versalles, muy cerca de la capital de Francia, y es el campo designado por los franceses para acoger la Ryder Cup 2018, si consiguen vencer a España y el resto de países que optan a ser la sede de dicho torneo, dentro de ocho años.
Cañi (66 y 66) encara el fin de semana como líder del torneo (-10), con un golpe de ventaja sobre, Martin Kaymer (66 y 67), el alemán ganador del pasado año y que no suele bajarse nunca de las alturas de las clasificaciones. La tercera posición es para el holandés Robert-Jan Derksen (-8), que terminó al par en la jornada del viernes, pero al que le sirve su tarjeta de 63 golpes en la primera jornada para seguir en posiciones de privilegio.
No pasó lo mismo con el francés Jean Van de Velde, prácticamente retirado de la competición y que, si el primer día hizo 66 golpes, el segundo terminó con 10 más, 76, y pasó del liderazgo compartido a la plaza 42, al par 71 de Le Gran National. Después de su gran fracaso en Carnousty, donde tiró el British Open, parecía que Van de Velde quería volver por sus fueros, pero, sin apenas haber jugado durante todo el año, sus 66 golpes del primer día parecen más bien fuegos de artificio.
Dentro del corte, situado en +1, están otros cuatro españoles, además de Cañizares. En una jornada que tuvo que aplazarse en la tarde del viernes, debido a las tormentas, y que obligó a empezar con retraso la ronda del sábado, por idéntico motivo, Álvaro Quirós se mantuvo entre los 20 primeros, con tres bajo par; Jiménez es el 27 (-2) y Nacho Garrido y Rafa Cabrera con un golpe sobre el campo pasaron el corte en la posición 58 y última. Tanto el madrileño como el canario hicieron un gran esfuerza en una segunda jornada en la que terminaron con dos golpes bajo el par, lo que les sirvió para seguir en París durante el fin de semana. Sus tarjetas son idénticas: 74 y 69.
El resto de españoles, hasta los doce inscritos, no pasaron el corte: Fernández Castaño, Pablo Larrazábal, los dos Martín, Pablo y Miguel Ángel, José Manuel Lara y Mikel Galdós, el alavés que se clasificó gracias a la previa, tuvieron que irse al aeropuerto para volverse a casa.
Mención aparte merece Chema Olazábal, que reaparecía después de varios meses parado, debido a sus dolencias de tipo reumático, que no solo le impiden jugar, sino entrenar. Chema, que solo quería probarse y agradecer la invitación de los patrocinadores, tuvo una mala jornada el jueves y terminó en último lugar, con 82 golpes, once más del campo. Sin embargo, para demostrar que sigue siendo un campeón, el viernes firmó una tarjeta de 70 golpes, uno bajo par que, aunque no le sirvió para continuar en liza, tiene que significar todo un orgullo y una esperanza ante el futuro, una vez superadas sus dolencias.
LOS ENFERMOS IMAGINARIOS
Westwood, Poulter, McGowan, Montgomery y Mannasero, que eran dudas para el Open de Francia, al final estuvieron en el tee de salida de Le Gran National. McGowan, sin embargo, tuvo que retirarse, también por problemas físicos.
Lee Westwood esperó hasta última hora del jueves para decidir si jugaba en París, después de haber cancelado su participación en el ProAm del miércoles 30 de junio, para someterse a exámenes clínicos en un hospital parisino, ya que tenía una inflamación en un músculo de la pantorrilla derecha y los médicos temían que pudiera deberse a un coágulo sanguíneo.
El golfista de 37 años estuvo finalmente en el tee de salida del Alstom Open de Francia, después de que los médicos concluyeran que no se ha detectado ninguna trombosis venosa profunda en su pierna derecha y que todo podría deberse a una reacción al calor. Con un apósito anti inflamatorio colocado en su pierna durante toda la noche la hinchazón bajó y, finalmente es de la partida. Está empatado con Quirós en el puesto 15, con tres golpes bajo par, a siete del líder.
Poulter, que también esperó a última hora antes de decidir su participación en París ya que el pasado lunes, mientras entrenaba en el campo inglés de Woburn, le picó un insecto en la ingle y la zona se le ha hinchado y la tiene dolorida: “no es la mejor forma de hacerse cinco horas andando y jugando al golf”, dijo el golfista inglés que se está medicando”. Sin embargo, no le va tan mal, ya que está empatado con Quirós y Westwood.
Colin Montgomerie, por su parte, jugó infiltrado en París, ya que en Munich sufrió la rotura de un músculo en su pantorrilla y cierta tensión en el tendón de Aquiles. La lesión, aunque leve, le pasó factura y no estará el fin de semana.
En cuanto al joven italiano de 17 años, Matteo Manassero, recientemente pasado al profesionalismo, después de ganar el British amateur y de quedar decimotercero en el Open del año pasado, no tuvo problemas para jugar después de haber recibido el golpe de una bola perdida de Chowrasia, durante el entrenamiento del martes. Manassero está con dos golpes bajo el par, en el puesto 27, como Jiménez.