Greg Norman compra Valderrama
El australiano Greg Norman, “el Tiburón Blanco”, ha comprado el campo de Valderrama, situado en Sotogrande, considerado como uno de los tres mejores del mundo.En la foto, el hoyo 4.

Algo se mueve en el sur golfístico español, y no se sabe muy bien qué es y hacia dónde se dirige. Cuando Jaime Ortiz Patiño ha permitido que su hijo Felipe venda Valderrama, “el campo de mis sueños, por el que fui capaz de aprender el oficio de greenkeeper, una vez retirado de los negocios, para cuidarlo personalmente”, pueden pasar dos cosas: que la crisis haya afectado tanto al golf en el sur de Andalucía que mantener Valderrama, con su gestión actual, haya pasado a ser una carga demasiado pesada para cualquier economía, o que Felipe, el hijo del creador del campo, haya querido hacer caja aprovechando la coyuntura y la existencia de un comprador como el australiano Greg Norman.
El rumor se había extendido varios días antes de hacerse público y en un momento malo, o bueno, según se mire, con exceso de información golfística, el martes 26 de septiembre, en semana de Ryder Cup y un mes antes de disputarse en el campo gaditano el nuevo torneo Andalucía Masters, que vuelve a dar esplendor al campo que comprara en 1985 Jaime Ortiz Patiño, y que viene a sustituir, con un total de premios de 3.000.000 € al Volvo Masters, la noticia saltaba a los medios de comunicación.
Greg Norman ha comprado el campo de golf de Valderrama, situado en Cádiz, en el término de Guadiaro, cerca de San Roque, considerado como uno de los tres mejores campos del mundo y el mejor de Europa, según Golf Monthly Review, a través de una sociedad denominada The Stripe Group Ltd., dedicada a la explotación comercial de la práctica del golf y del turismo de alto nivel en todo el mundo.
Norman, de 55 años, bien conocido por los aficionados al golf, e incluso famoso por su boda, en 2008, y posterior separación con la tenista norteamericana Chris Evert, y padre de una joven que fue novia de Sergio García, ha dejado la práctica del golf de manera activa, aunque sigue participando en algún torneo, como lo hizo recientemente en Suiza, únicamente por compromisos profesionales.
El australiano, que fue un gran golfista y ocupó durante 331 semanas, en la década de los 80, más de las que lleva actualmente Tiger Woods, el número 1 del ranking mundial. A pesar de sus muchos triunfos solo tiene dos Grandes: dos British Open, en el año 1986 y 1983.
En 2008, el año de su boda con Evert, participó en el Open Championship –el British Open- y consiguió un meritorio octavo puesto, a sus 53 años.
Igual de triunfador que en los greenes, se ha mostrado Norman los negocios, donde tiene intereses en la gestión y construcción de campos de golf, la organización de torneos, pasando por la venta de ropa y la elaboración de vinos. También tiene inversiones inmobiliarias, en tecnología y en restauración.
Entre sus iniciativas en el mundo del golf hay que destacar la realizada junto a David Spencer, el hombre de negocios con el que creó la Dubai World Championship y Race to Dubai. Con la compra de Valderrama, el australiano refuerza su posición en Europa y consolida su liderazgo en el sector a nivel mundial.
La operación de compra, en la que ha participado Banif, filial de banca privada del Santander, cuyo montante no ha trascendido, pero que según determinadas fuentes puede estar alrededor de los 40 millones de dólares, casi 30 millones de euros, incluye, además del campo, las viviendas aledañas y las instalaciones. Sin embargo, la sociedad deportiva Queda continúa en manos de los 500 socios.
El fundador de Valderrama, Jaime Ortiz Patiño, nació en París, en1930, hijo de bolivianos, bisnieto de españoles y nieto del Patiño que fuera “rey del estaño” en Bolivia y embajador de aquel país en la capital de Francia. En 1985 compró Valderrama, que era el campo Norte de Sotogrande, construido por Joe McMicking, fundador de Sotogrande. Patiño se quedó con el cincuenta por ciento y el resto lo repartió entre siete amigos. Lo primero que hizo fue cambiar el nombre original del campo, Las Aves, por el de Valderrama, denominación de uno de los cinco cortijos que McMicking unió para levantar la urbanización de lujo.
Tres años después, Ortiz Patiño compró el 100% de los títulos y se marcó un reto: constuir el mejor campo del mundo. Para ello, contrató al diseñador Robert Trent Jones, Sr., y en 1997, después de muchos problemas políticos y económicos con las diferentes Administraciones y con las dificultades propias para la salida por primera vez de la competición fuera de Gran Bretaña, logró traer la Ryder a España, donde Severiano Ballesteros -con el que Patiño se había enfrentado porque el cántabro quería llevar la Ryder a Santi Petri-, como capitán, dirigió el triunfo del equipo europeo.
Jaime Ortiz Patiño fue el presidente del club hasta 2007, un año antes de que desapareciera el Volvo Masters, que cerraba en Valderrama el ciclo del Tour Europeo, y, debido a su deteriorada salud delegó en su hijo Felipe, con el que creó la sociedad Soto Propierties, dueña del recorrido, que es la que ha comprado Greg Norman.
Por los motivos que sean, posiblemente ajenos a los deseos del fundador, Felipe Ortiz Patiño ha preferido hacer caja y no seguir con el legado de su padre, tan ilusionado con Valderrama que era incapaz de ver un papel en el suelo del campo y no ir a recogerlo.
Ahora, a un mes del Andalucía Masters que se juega en Valderrama, del 28 al 31 de octubre, habrá que esperar acontecimientos, ya que todo se ha hecho en un ámbito reservado, sin información a los medios de comunicación y no se sabe cuál será el futuro reservado por Norman y sus socios al “nuevo” Valderrama.
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En la fotografía, el hoyo 4 de Valderrama, considerado el más bonito del campo y cuya imagen se veía en el cuadro que colgaba tras el sillón del despacho de Jaime Ortiz Patiño, aunque a él le gustaba más el hoyo 11, mientras que el 17, donde Tiger se fue al agua en dos ocasiones durante la Ryder de 1997, es uno de los más difíciles, tras la remodelación que para el torneo entre Europa y América hizo Severiano Ballesteros.