Es la pregunta del millón y que también se hace Butch Harmon, el entrenador de Tiger Woods: “¿Dónde diablos está? Sería más fácil encontrar a Osama bin Laden que a Tiger. ¿Cuánto tiempo puedes estar en un yate en medio del oceáno?”. Esas y otras cuestiones las planteó el entrenador de Tiger Woods en declaraciones al diario “The Observer” y en las que se refería a lo negativo que resultaba para su pupilo, que permaneciera escondido y no diera la cara desde que se destapó el escándalo sobre sus infidelidades. Además, Harmon, que también entrena a Phil Mickelson, aseguró: “Todo el mundo quiere que Tiger se ponga delante de los periodistas y sea valiente aunque sienta la humillación de tener que responder a las preguntas”. Y añadió: todos queremos saber lo que piensa.
Harmon cree que lo más complicado de llevar por el 14 veces ganador de un Grande, serán los a ser los abucheos de la grada. “Si juega la Ryder Cup, creo que va a ser muy interesante porque la gente la tomará con él, indicó. De todos modos, él deberá poner la otra mejilla porque es muy fuerte mentalmente”.
HARMON NO CONOCE BIEN AL PÚBLICO AMERICANO… Y MENOS AL EUROPEO
En este caso, creo que Harmon se equivoca. A pesar de que el público norteamericano que va a ver jugar a Tiger en los torneos de la PGA, suele ser muy expresivo y jalea los buenos golpes, también es conocedor del juego y no me parece que vaya a gritarle: un soponer: “Tiger, don Juan”, o “Tiger promiscuo” o, por decirlo de manera más vulgar: “Tiger follador”. El pecado contra el sexto mandamiento es uno de diez que es más comprendido por el público. Otra cosa hubiera sido si Tiger fuera un maltratador, pero ese no es el caso.
Además, Harmon no conoce bien la idiosincrasia del público europeo, que es bien distinto del norteamericano. Si acaso Tiger juega la Ryder de este año 2010 en Celtic Manor, en el País de Gales, nadie del público le va a echar en cara sus devaneos amorosos cuando esté preparándose para dar un driver en el tee de salida.
NO ES DE TIGRES, SINO DE AVESTRUCES, ESCONDER LA CABEZA DEBAJO DEL ALA
En lo que sí estoy de acuerdo con Harmon, y así lo escribí en golfinone a los pocos días del “accidente del 27 de noviembre”, es en que el golfista debería haber salido a la palestra, sincerarse y contar la verdad, nada más conocerse el asunto; incluso antes de que surgieran todas esas “novias por un día, o dos”, que parece haber tenido. No es de tigres esconder la cabeza debajo del ala, sino de avestruces, y los americanos tienen bien claro que no admiten las mentiras y, si no, que se lo pregunten a Nixon, que tuvo que renunciar a la presencia tras el famoso watergate.
El preparador de Woods y Mickelson se refirió también a las reacciones que Tiger podría tener en caso de verse insultado, vilipendiado o ridiculizado: “Si hay alguien que puede diferenciar las situaciones difíciles que pueden producirse alrededor de una persona, ese es Tiger. Él es el hombre que puede hacerlo”. Y añadió “Woods va a hacer el ridículo, con las preguntas que le harán en la rueda de prensa que, antes o después tendrá que dar; pero todo el mundo quiere saber lo que piensa, y además, parecerá humano