El número 1 tendrá que esperar y Adam Scott no puede ofrecerlo como regalo de boda
Adam Scott, que se casó hace tres semanas, tenía que terminar entre los 16 primeros en The Players, para ser número 1 del mundo y regalárselo a su mujer, Marie Kojzar. El mejor regalo de boda tendrá que esperar.
(En la imagen, Adam Scott saliendo del bunker; bajo estas líneas, el australiano saluda al público, tras ponerse la Chaqueta Verde que ganó en el Masters 2013).
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Se casó antes que Miguel Ángel Jiménez, pero no se ha hecho público hasta ahora. Los golfistas, que suelen ser muy cuidadosos con su intimidad, no hacen alardes de sus conquistas, noviazgos… matrimonios, pero luego todo se sabe porque, a una esposa no se la puede tener guardada en el armario, y terminar saliendo a la vida pública.
Adam Scott, ganador del Masters 2013, es el penúltimo caso -si contamos la fecha de la boda, unas semanas antes que el Pisha- que ha salido a la luz. En una de sus entrevistas en The Players, en Florida, el australiano confesó que se había casado en las Bahamas, en las más estricta intimidad, en una ceremonia a la que acudieron los padres y los amigos íntimos, que fueron sin saber que lo que les esperaba era la boda de Scott con su novia de siempre, la sueca Marie Kojzar.
Adam y Marie lo dejaron durante un tiempo y el golfista supo aprovecharlo en propio beneficio. Entonces se le relacionó con la tenista Ana Ivanovic, que había sido pareja de Fernando Verdasco durante un corto tiempo, en las Navidades de 2011, y posteriormente con la actriz Kate Hudson.
Es curioso como a los golfistas les van las tenistas. Recordarán los lectores la aventura de Sergio García y la entonces número uno, la suiza Martina Hingis y, aunque esa unión no duró mucho y hasta puede que fuera más publicitaria que otras cosa, lo cierto es que la de Rory McIlroy con Caroline Wozniaky dura ya mucho tiempo.
Después de probar otras mieles, el australiano y la sueca decidieron volver a principios del año pasado y la boda no ha tardado en llegar.
DESPUÉS DEL 69 DEL SÁBADO
En la entrevista que le hicieron al golfista después de sus 69 -que nadie vea cosas raras en el número de golpes- en la tercera ronda, el sábado 10, en The Players Championship, Scott compartió más detalles de la boda secreta.
«Marie y yo -explicó Scott- salimos juntos durante siete años, aunque luego lo dejamos. A principios de 2013 volvimos y, simplemente, decidimos ya era hora».
¿Es más difícil meter un putt para ganar el Masters, o pedirle a una mujer el matrimonio? A la pregunta, Scott decidió que es más difícil «el putt sin duda, porque no tengo nada que preguntar.»
«No dijimos nada sobre nuestra boda, ni le pedimos a los invitados que acudieron a las Bahamas que lo mantuvieran en secreto, pero claro, luego todo se sabe».
«Solo llevamos un par de semanas casados, pero me siento muy cómodo y no sé si me cambiará la vida demasiado. Desde luego es emocionante, mirando al futuro».
El australiano no tiene tiempo para una luna de miel al uso, pero «nuestra vida es muy parecida a una luna de miel todo el tiempo; por eso no hicimos ningún plan, aparte de seguir como estábamos».
EL MEJOR REGALO DE BODAS
Adam Scott (77, 67, 69 y 73) empezó mal en el TPC Sawgrass. Pero después de tres rondas era el 28 (-3) y esperaba seguir subiendo en la última jornada. Su motivación era especial: si accediera al puesto 16, desbancaría al lesionado Tiger Woods del número 1 del ranking mundial y llegaría al primer puesto, por primera vez en su carrera. Y ese sería un magnífico regalo de bodas. Sin embargo, con su 73 en la cuarta ronda de The Players, el australiano terminó en el puesto 38 y deberá seguir esperando, al menos una semana más, si es que Scott juega el HP Byron Nelson en Texas (15 – 18 mayo), para hacerle el regalo de bodas del liderato mundial, a su nueva esposa.