Day, Johnson, Spieth, Rory… «no vamos a Río»
Algo huele a podrido… en Brasil, y no solo el virus del Zica, para que ninguno de los cuatro grandes -McIlroy, en la foto- del golf mundial quiera acudir a los JJ.OO. de Río de Janeiro.
Algo huele a podrido en Brasil, y no solo el virus del Zica, para que ninguno de los cuatro grandes del golf mundial quiera acudir a los JJ.OO. de Río de Janeiro. Además de Jason Day, Dustin Johnson, Jordan Spieth -que había dicho digo donde ahora dice diego- y Rory McIlroy, que iba a participar con el equipo de Irlanda, a pesar de que por su condición de norirlandés, lo lógico es que hubiera defendido los colores de la Unión Jack -cada vez más desunida-, han dicho que no a los Juegos Olímpicos.
El que más lejos ha llegado ha sido McIlroy, que no contento con la coartada -comprensible por otra parte- del virus Zica, se refirió a su escaso interés por el golf en Río, tanto que en rueda de prensa explicó: «no se si veré el torneo. Veré el atletismo, la natación, los saltos… lo importante.
Y añadió para dejar claro su rechazo al golf olímpico: «Juego para ganar Majors, no para promocionar el deporte». Eso está tan claro como que para la promoción del golf es mejor un Grande, o la Ryder Cup, que un torneo en los Juegos Olímpicos.
Lo que no puede decirse que preocupe al norirlandés, actual número 4 del mundo, son los controles antidoping que se hacen en los Juegos en todos los deportes. «En el golf, dijo, habría que endurecer los controles antidopaje. Yo nunca he pasado un control sanguineo. Podría estar tomando la hormona de crecimiento y nadie se enteraría».
ROYAL TROON, SÍ; RÍO DE JANEIRO, NO
Los mejores del mundo, estarán en Royal Troon, para disputar The Open, del 14 al 17 de julio. (Ver más información en esta misma página). Es el tercer Major del año y, según los expertos, el mejor de todos ellos. Por eso no falla ni un solo jugador del top ten del ranking mundial, y no solo porque vayan al olor del dinero, que son casi diez millones de euros, sino porque para ellos, es mucho más importante un Grande, e incluso un buen torneo del circuito regular en los Estados Unidos, que la prueba que se disputará en agosto en Río de Janeiro, donde el golf se vuelve a vestir de olímpico, después de muchos años in probarse el traje, ni siquiera para enseñárselo a los amigos.
De todos modos, la cuestión no es para ensañarse con la decisión de los cuatro mejores golfistas del mundo, y algunos otros, como Adam Scott, o Vijay Singh, o Charl Schwartzel… que tampoco irán a Brasil, sino para estudiar el por qué de unas decisiones que, además del virus Zica y la inseguridad -a Rurh Beitia, la tricampeona europea de altura, le preocupa más la seguridad que los mosquitos-, han sido forzadas por el lugar del calendario en el que se colocan los torneos de Río de Janeiro.
Está claro que no hay otra posibilidad de fechas para el golf, ya que tiene que jugarse dentro de los límites de los JJ.OO. pero si se mira el calendario, el encaje del golf olímpico no puede ser más perjudicial para los intereses de los profesionales: dos semanas después del PGA Championship y a dos semanas del comienzo de las Finales de la FedEx Cup, en una temporada tan cargada como la de este año, Ryder Cup incluida, a finales de septiembre.
Hay que mirar friamente el calendario de los mejores profesionales para darse cuenta de que a algo tienen que renunciar. Y si no que se lo pregunten a Sergio García, que sí va a ir a los Juegos, porque para el golf español es muy importante su presencia, y se ha hecho un calendario tan a medida que solo juega prácticamente de mes en mes, porque sabe que le espera un final de temporada de lo más agitado,