Sergio García, «desertor del PGA Tour» vuelve a Europa por Alemania, en el BMW International Open
Sergio García, en la foto, al que afecta la prohibición de jugar los torneos del PGA Tour, por participar en el LIV Tour saudí, se ha apuntado al BMW International Open (23 -26 junio) que se disputa en Munich.
Sergio García ha dado la mejor respuesta al conflicto organizado por la PGA norteamericana, al prohibir a los jugadores que participan en el Circuito estadounidense, apuntarse a los torneos del LIV saudí, el nuevo Circuito que paga Arabia Saudita y que, para la PGA es una aventura que no están dispuestos a permitir.
El castellonense, al que afecta la prohibición de participar en los torneos del PGA Tour, se ha apuntado al BMW International Open (23 -26 junio) que se disputa en Munich, ya que, en principio, el DP World Tour no ha prohibido a ninguno de sus afiliados participar en los torneos del LIV. Así, en Munich también estará Martin Kaymer que también participó en el primer torneo del Circuito LIV que se celebró recientemente en Londres
La PGA norteamericana se considera dueña de «todo» el golf del mundo y ha dejado a los Circuitos europeo (DP World Tour) y asiático, especialmente al DP, como satélites de su soberbia -entiéndase en todas las acepciones del término- organización.
Resulta que el más Grande le tiene miedo al Chico. Es cierto que el Chico que viene trae mucho dinero, pero también llega con la incertidumbre de lo pasajero, del que necesita blanquear una sociedad, criticada por Occidente, aunque por lo bajines, y lo hace comprando empresas, y pronto hasta instituciones, pero que nunca se sabe hasta cuando durará el maná que llega, no del cielo, pero sí desde el subsuelo donde habita el oro negro.
Y la llegada de los petrodólares árabes ha horrorizado a los responsables del PGA norteamericano. Sin motivo alguno, desde luego, solo porque le tienen miedo a la competencia y, por eso, quieren acallar cualquier ruido que suene desde otros mecanismos que no sean los suyos. Y para mantener la posición de dominio no se les ha ocurrido otra cosa que la prohibición: «todos los que no están conmigo, están contra mí».
No se acaban de dar cuenta, y si se la dan no atienden a razones, que el LIV es una competencia y, como tal, siempre es buena. El PGA lo tiene todo: buenos jugadores, buenos premios, patrocinadores potentes y… sobre todo tiene algo que el LIV no tiene aún y es posible que tarde mucho tiempo en estar a la altura del PGA: el PÚBLICO. Los espectadores que acuden cada torneo, al espectáculo del golf, en directo, son la clave para el futuro del golf, tanto en el PGA como en el LIV.
Y como las prohibiciones nunca son buenas, profesionales como Phil Mickelson, Dustin Johnson, Patrick Reed, Bryson DeChambeau, Brooks Koepka Abraham Ancer… y Sergio García, han «renegado» de la PGA y se han apuntado al LIV -y siguen pensándoselo otras figuras que irán cayendo, como en cuentagotas, pero cayendo al fin-, en un intento de apoyar el cambio de algunas normas de la PGA, con las que muchos no están de acuerdo.
Jon Rahm o Rory McIlory y con ellos otros de los mejores del mundo, siguen manteniendo su fidelidad al Circuito norteamericano; un Circuito que no ha dudado ni un momento en fagocitar al otrora European Tour, no sé si con el consentimiento de sus dirigentes, o a su pesar, y que ahora, con su filosofía, a mi parecer equivocada, puede ver como el DP World Tour le paga con la misma moneda.
Porque y si ahora el DP World Tour decide acoger en su seno a los «desertores» del PGA Tour. Aunque solo sea en los torneos más importantes, por ejemplo, los de las Rolex Series, el problema que se le presentaría al PGA no solo viene por el lado saudí, sino por el europeo.
En las próximas semanas veremos cual es la postura del DP World Tour, si la sumisión al PGA y la suma de sus responsables a la prohibición a sus jugadores de participar en el LIV Golf Tour, o la de abrir sus brazos a todos esos jugadores que han decidido dar un salto a un vacío que, en principio, está lleno de oro, pero que es una incógnita en un futuro cercano.