Romance: siempre nos quedará la Ryder
Después de dos grandes decepciones, de habernos quedado sin Juegos Olímpicos y, ahora, sin Mundial de Fútbol, solo nos queda la Ryder y eso merece un romance de Basilio Rogado.

Otro fracaso sonoro
el deporte ha cosechado:
después del fiasco de Olimpia,
el Mundial nos han soplado:
Rusia el del dieciocho
y Qatar se ha asegurado
organizar el siguiente
con aire acondicionado.
Cuando se habla de fracaso
y el deporte he mencionado,
me refiero a los nefastos
políticos que han estado
detrás de los dos desastres
que tanto daño han causado.
Nuestros deportistas son
en todo el mundo aclamados
y las copas que ellos ganan
los honores ensalzados,
les sirven a esos señores,
y señoras, seamos claros,
para presumir de triunfos
sin saber aprovecharlos.
Aquí tenemos a Rafa,
Bon Nadal, apellidado;
a Iker el guardameta,
locamente enamorado;
a Pujol, el catalán,
todo furia, como antaño,
aunque a su presidente,
al cargo recién llegado,
lo de la furia española
le va a tener sin cuidado.
Y que me dicen de Iniesta
tan mínimo, tan castellano
al que motivos le sobran
para ser más estirado.
Y Xavi, el cerebro nato
que con el balón parado,
y tampoco en movimiento,
nadie nunca le ha quitado
y que es el Balón de Oro
que todavía no se ha dado.
Y hay muchos más deportes,
en los que somos los amos:
en el golf, sin ir más lejos,
con Jiménez se han topado
los que dicen que a sus años,
un jugador se ha acabado.
Y Sergio el de Castellón
que ahora. ya descansado,
va a ganar un torneo Grande
porque en el golf va sobrado.
Y Quirós, el gaditano
que tiene tan buen futuro
que no lo salta un gitano.
Y no digo más deportes
porque bastante alargado
está quedando el romance
aunque a su fin no ha llegado.
Ya que este es el momento
por todos tan esperado
de dar a quien corresponda
un tremendo varapalo.
“Está hecho”, nos dijeron.
los Juegos ya están a mano
y nos pusieron de cebo
para tenernos callados,
una manita en colores,
la que Pep ha aprovechado
para endosarle al Madrid,
cinco goles, cinco sapos,
como los que nos comimos
la tarde que, desgraciados,
los que debían decidir
si estábamos "olimpiados",
a la hora de votar
miraron para otro lado.
Y éramos los mejores,
eso estaba constatado,
nos dijo Ruiz Gallardón,
por sus fieles arropado.
Y no solo fue una vez,
sino en un segundo asalto,
nos volvieron a dejar
con las mieles en los labios.
¿Y qué me dicen ahora
del papel del Villarato?
“To” el mundo es bueno
y más la FIFA, muchachos,
que no hay en el mundo nadie
con quien poder compararlos.
Eso dijo el tal Villar
al que quisiera escucharlo.
Pues nos han dejado fuera
¡y será por muchos años!
de los mundiales de Fútbol
aunque habíamos conquistado
el corazón de la gente
y, por una vez, aunado,
a todos los españoles,
que aunque fueran de otro bando,
se pusieron a tararear
el himno nuestro, iletrado.
Y ahora ¿qué va a pasar?
más de uno ha preguntado
¿Nos van a dejar la Ryder
ahora que nos han quitado
los Juegos y hasta el Mundial?
Todo lo que han ganado
nuestros chicos en la pista,
ellos que tanto han sembrado
con su sudor en los campos;
tantos años trabajados,
tantos duelos y quebrantos
a la basura tirados
porque desde los despachos
no han sabido gestionar
los triunfos con buena mano.
Pero aquí nadie dimite
no hay responsables del baño
que a todos los españoles
los “fifosos” nos han dado.
Esperemos que la Ryder
venga por fin a Tres Cantos,
al menos en ese caso
bien podríamos alegrarnos.