Del Sur, del Norte y del Este,
los ataques han venido
de tres puntos cardinales
cuando el Tigre se ha dormido.
En el Sur, nuestro Alvarito,
Quirós tiene de apellido,
se coronó “Rey de España”,
como golfista aguerrido,
con futuro por delante
y de la afición querido.
Fue en Sevilla, en una tarde,
con la Feria en el olvido,
el rival haciendo aguas
y el público enloquecido,
con aplausos al final
ya saliendo hacia el Rocío,
porque la Virgen no espera
para ponerse en camino.
Álvaro se gana a pulso
ser el mejor peregrino,
aunque no cruce la Raya
porque el golf es su destino.
Ni el Quema ni el Ajolí,
con ser ríos distinguidos,
son problema para él
ni están en línea de tiro,
y hasta la Virgen rociera
reconoce su dominio
en el arte de embocar
y ganar al enemigo.
Tiene tiempo por delante
para ser el elegido
entre los doce jugones
por el capi preferidos
para ganarles la Ryder
a un equipo entristecido
que sin su Tiger en forma
será un gran desconocido.
Por el Norte, Roryito,
que de Irlanda a Carolina
en el norte ha puesto un hito
y se ha hecho con los fans
que al Tigre sin sus rugidos
son proclives a olvidar.
McIlroy, el jovencito,
que a la fama se ha subido,
no con un sesenta y nueve,
sino con un numerito,
sesenta y dos por más señas,
que es un guarismo bonito
y que ha dejado alelado
hasta a Mickelson, el listo
que busca ganarle a Tiger
el primero de los sitios
que aún ocupa Mr. Woods
aunque lo tiene en peligro.
Roryito está muy fuerte
aunque parezca blandito,
tanto que los españoles
le apodaban “Rocíito”
porque Rocío parecía
con todos esos ricitos,
ese pelo ensortijado
que asoma por el gorrito
y que le dan a su cara
una apariencia de niño.
Tenía solo veinte años
cuando ganó en el Circuito,
ahora ya son veintiuno
pero recién cumpliditos.
Y por el Este del mundo,
se nos desborda otro Ryo
Ishikawa que se llama
en Japón donde ha nacido.
Y es un dieciochoañero,
¡la madre que le ha parido!
que con un cincuenta y ocho
del torneo se ha despedido.
Fue en Nagoya el mismo día
que Rory y que Alvarito
se alzaban con el triunfo
todos en lugar distinto.
El reino del Sol Naciente
en sus senos ha tenido
a este joven japonés
que llaman “Príncipe tímido”
y que no parece ser
un muchacho retraído,
sino todo un campeón
con los ojos pequeñitos.
Y ahora América espera
a que llegue el aludido
que ya ha dejado pruebas
en greenes, con mucho tino,
de su predisposición
a comerse a sus vecinos
ya desde el primer tee,
sin clemencia ni altruismo,
que lo que San Pedro dá
no lo quita ni el budismo.
Moraleja:
Lo cierto es que si Tiger
no se muestra muy ufano,
estos que vienen detrás
le van a ganar la mano.
¡El tiempo nos lo dirá!