Torneos

Quirós no brilló en Tampa Bay

Con una tarjeta de 72 golpes, una sobre el par del campo, Álvaro Quirós ha terminado su actuación en el Transition Championship, que se ha jugadoen el campo de Innisbrook Resort, en  Tampa Bay, Florida, en el puesto 52, un más que discreto resultado que confirma la dificultad del Circuito Americano y la necesidad que tiene el de Guadiario de ganar experiencia para el futuro. El inicio del torneo, que terminó con una tarjeta de uno bajo el par 71 del campo, hacía presagiar una buena semana de golf para el español, después de su bien trabajo en Doral, la semana anterior. Sin embargo, ninguno de los demás días pudo ganarle al difícil recorrido de Innisbrook  y sus cuatro tarjetas (70, 72, 75 y 72) le llevaron a un final poco feliz, con cinco golpes sobre el par, a trece del líder, Retief Goosen. 

El jugador español, que había pasado el corte tras una segunda jornada en la que firmó una tarjeta con un golpe más del recorrido (72), ha ido de más a menos en el torneo, tal y como le pasó a Jim Furyk, que de ser líder el primer día con una tarjeta de 65 golpes, seis bajo el par del campo, se desplomó hasta el puesto 59 después de un día desastroso en el que hizo 78 golpes, +7, para colocarse un golpe sobre el par del campo, resultado en el que se estableció el corte. El sábado, Furyk, con 72 golpes, se colocó en el puesto 59. Al ffinal, con 74 golpes en la última jornada, finalizó cinco arriba, empatado con Quirós.

El ganador, el sudafricano Retief Goosen (69, 68, 69 y 70) ha vuelto por sus fueros y ha ganado con un total de ocho golpes bajo el par, superando solo en un golpe a los americanos Brett Quigley y Charles Howell III.

Es destacable la actuación de Tom Lehman, que finalizó líder la tercera jornada, después de hacer cuatro birdies seguidos, en los hoyos del 12 al 15,  y que el domingo terminó con una tarjeta de 75, para un total de cuatro bajo par, en la octava posición. Lo curioso es que Lehman, el jugador nacido en Austin, Minnesota,  que el 7 de marzo cumplió los cincuenta años, debuta la próxima semana en el torneo del Champions Tour que se disputa en la localidad dominicana de Cap Cana.


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ÁLVARO Y LA AVENTURA AMERICANA

Álvaro Quirós le ha tomado gusto a la aventura americana. La idea del gaditano era permanecer en los Estados Unidos, entrenando o jugando, hasta el Masters de Augusrta que se disputará en la semana del 9 al 12 de abril, pero su mediocre resultado,en el Transitions Championship que se disputa en el Innisbrook Resort, en Copperhead, en Tampa Bay, Florida, puede hacerle variar su planificación y es posible que decida volver a España para descansar una semana al menos, antes de regresar a los Estados Unidos.

TIGER Y MICKELSON NO ESTARÁN EN BAY HILL

Ni Tiger Woods, ni Phil Mickelson, figuran inscritos -al menos hasta el domingo 11 de marzo- en el Arnold Palmer Invitational que se disputará en Bay Hill, Orlando, Florida, del 26 al 29 de marzo. Es una decisión, si se confirma, que ha desconcertado a los analistas, tanto porque Woods defendería el título conquistado el pasado año, como porque ambos jugadores hayan decidido descansar hasta el Masters. Sergio García, sin embargo, sí estará en Orlando.

 

 

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TRAS LOS PASOS DEL WGC CHAMPIONSHIP EN DORAL, MIAMI

Si el tercer día en el WGC CA Championship en Doral, Miami, segundo de los campeonatos mundiales con 8.500.000 $ de premios, fue el de la consagración americana de Álvaro Quirós, la cuarta y última jornada no fue tan buena como todos esperábamos.  El sábado 14 solo la mala suerte, que le llevó a hacer dos bogeys en los hoyos 16 y 17 del campo de Florida, le privó de terminar en una tercera posición que se había merecido sobradamente. A pesar de todo, Álvaro ocupaba la quinta plaza (-11) con tres golpes bajo par en el "Día del Movimiento", empatado con Kenny Perry, Jim Furyk, Charlie Hoffman y Soren Kjeldsen. El domingo, sin embargo, las cosas no le fueron tan bien a Álvaro. Bien hubiera querido ofrecer un top ten a sus seguidores de Guadiaro y de toda España, así como a los jugadores y simpatizantes del Atlético de Madrid, que a la misma hora en la que él luchaba por conseguir una buena posición, al lado de Jim Furik, su compañero de partido, levantaba un partido dificilísimo que iba perdiendo 0-2 ante el Villareal, un rival directo para ir a la Champions. Al final, el Atlético terminaba ganando 3-2, pero Álvaro no pudo conservar su quinta plaza. Lo malo es que, ni siquiera logró un top ten, un puesto en los diez primeros, y eso que pudo haberlo conseguido con un putt de apenas dos metros en el hoyo 18 de Doral, pero los nervios le impidieron embocar un putt ante los muchos aficionados norteamericanos que han gozado con su juego en Miami. Al final, (72, 64, 69 y 73) con 278 golpes, terminó en la decimotercera posición, empatado con otros seis jugadores, Ian Poulter entre ellos, y con la sensación de que el gaditano es capaz de conseguir altas metas en el Circuito Norteamericano.

Phil Mickelson tenía todas las papeletas para ganar el torneo. Sus tres golpes bajo par del sábado podrían haber sido menos pero no tuvo suerte con varios putts que tocaron el hoyo y no quisieron entrar y, sobre todo, en el magnífico golpe del hoyo 13, par 3, que dio en la bandera y se quedó a un palmo del hoyo en uno. Naturalmente debía  quitarse de encima a esa mosca cojonera en que se convirtió Nick Watney, que aunque sea la gran revelación del torneo, ya es todo un  veterano de 28 años, nacido en Sacramento y que en su California natal, concretamente en Torrey Pines, en San Diego, ya ganó en febrero pasado el Buick Invitational. El sábado, con cinco golpes bajo par se puso colider (-16). Watney es profesional desde 2003, año que terminó sus estudios en la Fresno State University.

Realmente este segundo campeonato mundial se convirtió el último día en un match play ya que los dos primeros clasificados, empatados con dieciseis bajo par, salieron al campo y durante los nueve primeros hoyos mantuvieron una enconada lucha personal y llegaron a distancias a sus seguidores hasta en cuatro golpes. En el 10, par 5, un excepcional eagle de Watney colocó a los dos jugadores con veinte golpes bajo el par del campo. A partir de ese momento, un bogey de Watney en el otro par 5 del segundo recorrido,  el hoyo 12, colocó al californiano un golpe por detrás de Mickelson que ya no pudo remontar. Al final, Mickelson (65, 66, 69 y 69) con 269 golpes, 19 bajo par, es el justo vencedor del torneo y del 1.350.000 $ del primer premio.  Con su triunfo no solo arrebata la segunda plaza del ranking mundial a Sergio García, sino que se acerca al liderato que Tiger Woods mantiene desde hace 539 semanas, a pesar de sus ocho meses lesionado. Watney acabó con un golpe más que Mickelson, 270 (66, 67, 67 y 70). Y eso que en el último hoyo Mickelson, que la noche anterior había visitado el hospital porque se deshidrató durante la tercera jornada, arriesgo lo indecible con un drive que soprepasó el agua del 18 por muy poco. Pero así es el ya número 2 del mundo, no sabe ganar sin correr riesgos, a veces innecesarios, visto desde fuera de su pellejo.

Sergio García, que tenía posibilidades de acceder al número 1 del ranking mundial ha sido una total decepción desde el principio al fin de este WGC CA Championship. Tendría que haber ganado y Tiger no pasar del puesto 27 para sustituir al Tigre, pero no ha sucedido ni una cosa ni otra. No solo no ha ganado, sino que no ha pasado de la posición número 31, con cuatro tarjetas manifiestamente mejorables (72, 72, 68 y 70), con un total de seis golpes bajo par. Tiger, a pesar de su mediocre actuación, ha terminado en el puesto noveno, top ten, con un total de 277 golpes, 11 bajo par (71,70,68, y 68). Aunque su juego ha mejorado, Tiger sigue estando a años luz del jugador que ganó hace ocho meses el Open USA.

Parecía que los otros dos españoles en juego terminaron de cavar su tumba a falta de una jornada. Pero fue un error, estaban mal enterrados ya que tanto Miguel Ángel Jiménez como Pablo Larrazábal tenían posibilidad de empeorar… y empeoraron. Miguel Ángel fue de menos a más (69, 72, 76 y 78) y finalizó con siete golpes sobre el par 72 del campo y un último día para olvidar en el que sumó una tarjeta con 78 golpes. Quedó 75 de ochenta jugadores participantes. En cuanto a Pablo (76, 71, 75 y 77) ha terminado penúltimo -y eso porque Aaron Baddeley se autodescalificó) con once golpes sobre el par. 

En este torneo, en el que el Blue Monster, el recorrido azul de Doral, y especialmente su hoyo 18, no ha sido tan fiero como lo pintan, sobre todo porque no ha hecho demasiado viento, hay dos anécdotas bien distintas pero con consecuencias muy significativas. Las dos tuvieron el hoyo 3, par 4, como escenario. La más conocida, pero la menos relevante, fue la decisión del sueco Henrik Stenson de quedarse en calzoncilos (de la marca Bjon Borg, eso sí) y guante, para dar un golpe desde el barro y no sobrepasar el bogey en el citado hoyo, durante la primera jornada que acabó con 69 golpes. La foto de Stenson en ropa menor ha dado la vuelta al mundo y ha suscitado cientos de comentarios de los aficionados en todos los chats de golf y en los medios de la red a los que tienen acceso los lectores. Por cierto, a Stenson su streptease -que fue censurado durante dos días por la television americana- no le sirvió de mucho ya que finalizó en el puesto 77, empatado con Billy Mayfair, solo con un golpe menos (+10) que Pablo Larrazábal.

La otra anécdota, mucho más importante, más serie y nada frívola, fue la actitud del australiano Aaron Baddeley, que cometió un error en el citado hoyo 3 en la misma primera jornada y se lo comunicó al árbitro al día siguiente, por lo que fue, logicamente descalificado. Todo ocurrió de la siguiente manera: Baddeley se fue de salida, en el citadísimo hoyo 3,  a una zona arenosa a la derecha del rough. La bola reposaba delante de una piedra que le impedía colocarse en la posición adecuada. Pidió la asistencia de un árbitro y éste le dijo que tendría que dropar con penalidad. Eso hizo y siguió el juego. Eso ocurría el segundo día del torneo. El australiano recordó que el día anterior había pasado por una situación similar y entonces sí que había quitado la piedra y no se penalizó. Buscó al árbitro le contó lo sucedido y se marchó para su casa, autodescalificado -ya que la tarjeta del día anterior ya había sido entregada; si la penalización hubiera sido en esa misma jornada, solo hubiera tenido dos golpes de penalidad-, en último lugar, pero con los 35.000 dólares que le correspondían por su puesto número 80. El australiano comentó que lo había hecho porque "tienes que ser honesto contigo mismo y poder irte a dormir por la noche, levantarse a la mañana siguiente y mirarte al espejo".

La moraleja que se deduce de estas dos situaciones anecdóticas pero de tan diferente signo, lo más significativo de todo es que esta última noticia  a los lectores no les ha sugerido ni un solo comentario. Está visto que los valores de la sociedad actual son muy diferentes a los de otras épocas. No se si mejores o peores, pero sí distintos. Parece que es mucho más importante la decisión de un golfista de desnudarse para no mancharse la ropa, que la de un caballero revestido de honradez. ¡Así van las cosas!

 

 

 

 

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