Kaymer (-9) hizo historia en el US Open: «no soy un robot»… pero lo parecía. Sergio acabó a 17 golpes

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Martin Kaymer (-9), en la foto, arrasó en el US Open, en Pinehurts 2 y acabó con ocho golpes de ventaja sobre sus seguidores. Sergio García (+8), trigésimoquinto.

 

 

 

 

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Martin Kaymer (-9), arrasó en la edición 114 del US Open, finalizada el domingo 15 de junio en Pinehurts 2, en Carolina del Norte y acabó con ocho golpes de ventaja sobre sus seguidores, los norteamericanos Erik Compton, trasplantado dos veces de corazón, y Rickie Fowler, empatados en la segunda plaza (-1). Los tres fueron los únicos jugadores que pudieron ganarle al campo. Tras ellos, ni siquiera los cuatro empatados en la cuarta posición pudieron terminar al par. Keegan Bradley, Jason Day, Brooks Koepka, norteamericano hecho en el Challenge Tour europeo, y Henrik Stenson, empataron con un golpe sobre el par del complicado Pinehurst 2, par 70, que ya se prepara para recibir con uñas y dientes a las participantes en el US Women Ope, que se inicia el próximo jueves 19.

 

El único superviviente español, Sergio García (+8), acabó trigésimoquinto, con cuatro tarjetas de 73, 71, 72 y 72. Visto lo visto, el castellonense, que empató entre otros, con Ernie Els, no hizo un mal resultado, aunque acabara a 17 golpes del ganador.

 

El alemán, que aseguró: «no soy un robot», aunque sí lo parecíó en algún momento del juego, ganó el torneo de calle, desde la primera hasta la última jornada y firmó cuatro tarjeas para la historia, de 65, 65, 72 y 69. Tras la segunda ronda, con 10 bajo par y con el record de 36 hoyos en la historia de US Open, solo dejó de ganarle a Pinehurts 2, donde el domingo 15 terminó el US Open, cuando firmó una tarjeta de 72 golpes, dos sobre el par 70 del campo. En la última ronda, sus 69 golpes acabaron con todas las ilusiones de los perseguidores, y la ventaja de ocho golpes sobre los segundos clasificados no deja duda alguna sobre la victoria inapelable y brillante de Kaymer, que a sus 29 años no solo ha hecho historia en el US Open, sino que ha sido capaz de ganar en el mismo año, dos torneos en dos jornadas significativas para los norteamericanos. El Día de la Madre, ganó The Players, y el Día del Padre, el US Open. Eso sí que es amor fraterno.

 

ESPAÑOLES FUERA DE COMBATE 

 

Por un solo golpe se quedó fuera Miguel Ángel Jiménez (+5), que sigue arrastrando su tendinitis (codo de golfista) en su brazo derecho. Tampoco pasaron el corte Pablo Larrazábal (+9) y Gonzalo Fernández Castaño (+12). No fue un buen día el viernes para los tres golfistas españoles que tuvieron que volverse a casa antes de tiempo. Esperemos que a la selección española de fútbol no tenga que regresar de Brasil antes de tiempo.

 

TRES JUGADORES BAJO PAR

 

Si en la primera jornada solo 15 jugadores consiguieron ganarle al campo de Pinehurst 2, en Carolina del Norte, preparado de “forma natural” para el US Open 2014; después de la segunda ronda, el viernes 13, solo catorce permanecían en números rojos. Y ya tras la tercera del sábado, los únicos supervivientes bajo el par eran seis. Sin rough al uso, pero con zonas arenosas fuera de la calle, como cuando se inauguró el campo, allá en los comienzos del siglo XX, con muchos bunkers e innumerables zonas donde no se sabía en qué lugar empezaba una trampa de arena y donde terminaba, Martin Kaymer fue el único que derrotó -y hasta humilló al campo y a los responsables de su preparación-, acompañado por otros dos «héroes», Compton y Fowler.

 

 

En cuanto a los favoritos que optaban por llegar al top ten, ya que lo de ganar era imposible, tal y como lo había puesto Martin Kaymer, Adam Scott (+2) acabó en la novena posición; Justin Rose, que defendía título, fue duodécimo (+3); McIlroy (+6), vigésimosexto y Dubuisson (+7), acabó en el puesto 28.

 

En la misma posición que el francés acabó otro de los grandes favoritos, Phil Mickelson, que tampoco este año pudo ganar el único Major que se le resiste y en el que ha sido seis veces segundo.

 

Hubo otros norteamericanos, favoritos a priori, que no estuvieron a la altura, y algunos de ellos no pasaron el corte. Como, por ejemplo, Bubba Watson, el pegador al que este campo no le ha ido nada bien. Tampoco a Hunter Mahan, ni a Mark Wiklson, Jason Dufner… Y hubo otros que no son norteamericanos pero que hubieran debido estar el fin de semana y no estuvieron, como Luke Donald, Charl Schwartzel, Thogchai Jaidee, Nicolas Colsaerts, Darren Clarke…

 

 

KAYMER CON LOS PIES EN LA TIERRA

 

El alemán Kaymer, a pesar de sus 65 extraordinarios en las dos primeras rondas, en las que no tuvo rivales, no echa las campanas al vuelo  “porque falta mucho todavía”. Después de un tiempo sin victorias y tras ganar The Players este año, el alemán solo se fíaba de su juego en cada momento y no quería que volvieran los fantasmas de antaño, cuando tanta responsabilidad y tantos cambios técnicos, terminaron por confundirlo. “Me di cuenta de lo que me pasaba hace unos meses, pocas semanas antes del Masters”, y ahora voy golpe a golpe, sin pensar en nada más”, aseguró el alemán, al más puro estilo Cholo Simeone. Y así, finalmente, ganó con total brillantez.

 

SE SIENTE, SE SIENTE, TIGER WOODS NO ESTÁ PRESENTE

 

Con la ausencia de Tiger Woods, al que la rehabilitación de su operación de espalda le está costando más de lo que se creía, rondando en  todos los pensamientos, los mejores jugadores del mundo están en el tee de salida de Pinehurst 2, el campo de Carolina del Norte, preparado para la ocasión, con la dificultad que requiere el torneo y la importancia no solo del renombre que se consigue al ganarlo, sino de la cantidad en premios que es de 8.000.000 $ de los cuales el ganador se llevará 1.44.000 $.

 

El año pasado fue el inglés Justin Rose el que consiguió ganar el US Open, con Phil Mickelson en segundo lugar. Mickelson, que ya tiene seis segundos puestos en el Open de su país, pero ninguna victoria, y es el único Major que le falta por ganar, logró su segunda plaza, por primera vez, precisamente en Pinehurst. Esta semana tiene la posibilidad de tomarse la revancha del inglés que, no solo le ganó en el Open, sino que logró superarle en el partido que les enfrentó en la Ryder Cup 2012, en Medinah, Chicago, cuando Europa remontó en los individuales y se quedó con la Copa.

 

Los dos jugadores, que este año no están teniendo buenas sensaciones, jugarán juntos las dos primeras rondas del US Open y tendrán como acompañante y testigo de excepción a otro inglés, mucho más joven, Mateo Fitzpatrick, ganador del US amateur.

 

MICKELSON INVESTIGADO POR EL FBI

 

Mickelson persigue el US Open desde que ganó el Open Británico el verano pasado, pero a sus dudas con el swing en los últimos tiempos, se añade un agente externo perturbador: al zurdo californiano le ha investigado el FBI, cuyos inspectores le hicieron una visita sorpresa al término The Memorial, en Ohio, debido al posible uso ilegal de información privilegiada en inversiones en Clorox.

 

Sin embargo, Mickelson se apresuró a aclarar que “solo estoy tratando de ganar el Open USA. En este momento estoy tratando de mejorar mi juego para culminar con un Grand Slam, y tengo que pensar en que mi juego esté realmente fuerte y preparado. Por ahora, no me preocupa nada más”. Y lo cierto es que aunque no ganó el torneo, el FBI le exculpó de cualquier posible delito respecto al tema investigado.

 

PINEHURST QUIERE SER LO QUE ERA

 

El campo de Pinehurst 2, una obra maestra, diseñada por Donald Ross, ha querido volver a sus orígenes. Bueno, no el campo, que no se queja de nada, sino los responsable de su preparación para el Open USA, que es el tercero que recibe en quince años, más que ningún otro campo de los Estados Unidos, en más de un siglo.

 

La USGA firmó un proyecto para devolver al campo su aspecto natural, con zonas de arena y arbustos, así como vegetación natural tal y como estaba al principio. Para eso, han quitado el rough que se ha convertido en zonas arenosas y con vegetación que crece de forma natural, sin riego alguno. Ahora solamente reciben agua las calles y los greenes y fuera de las calles no hay más que vegetación natural. Tanto es así que muchas zonas de confunde con los bunkers y, aunque cada partido lleva un árbitro, los jugadores recibieron la recomendación de no apoyar el palo en las zonas arenosas, por que podrían ser penalizados.

 

El proyecto se llevó a cabo y para ello se retiraron más de 14 hectáreas de césped, con lo que se ahorraron el riego de toda esa superficie, De 1.150 aspersores que tenía el campo, solo se mantienen 450.

 

 

 

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