Bryson Dechambeau -¿genio o friki?- llega para revolucionar el mundo del golf
El norteamericano Bryson DeChambeau, en la foto, ha iniciado, a los 22 años, su carrera profesional con un cuarto puesto en el RBC Heritage de South Carolina. Se refleja en el espejo de Spieth y Day.
Después de terminar vigésimoprimero (+5) en el Masters, Bryson DeChambeu dio por finalizada su carrera como golfista amateur y, la semana siguiente, debutó como profesional en el RBC Heritage, que finalizó el domingo 17 de abril y que ganó Branden Grace (-9), en South Carolina.
El joven golfista norteamericano, de 22 años, se estrenó entre los pros y terminó ¡¡¡en la cuarta posición!!! (-5), a solo cuatro golpes del ganador y a dos de los segundos Luke Donald y Russell Knox, y empatado con Kevin Na.
Para empezar, ya tiene un puesto en el Valero Texas Open (21 – 24 de abril) gracias a terminar en el top ten la pasada semana, y ha firmado un contrato con Cobra-Puma, que le va a suministrar los palos de su bolsa y le fabricará, especialmente para él, los hierros largos que tendrán todos la misma longitud de varilla, tal y como ha ideado el joven norteamericano, que ha estudiado Física. Los hierros con los que juega DeChambeau, tienen todos la longitud de un hierro seis, y lo que cambian son los grados de la cara del palo.
Bryson seguirá cubriéndose con la gorra Hogan, tal y como la llevaba el que fuera gran jugador, y que se parece a la de los pichis madrileños, y usará el driver Cobra KING F6+ azul, con el que ya jugó en el Arnold Palmer Invitational, donde compitió gracias a la exención de un patrocinador y se anotó una ronda final de 66 golpes, para terminar en el puesto 27, empatado. El F6+ Pro es el driver más ajustable que Cobra ha creado, diseñado para los jugadores que prefieren lofts más bajos.
OCHO CORTES PASADOS COMO PROFESIONAL
Aunque acaba de debutar como profesional, como amateur ya había participado en ocho torneos con los pros, en los cuales ha pasado todos los cortes, con un segundo puesto en el Masters de Australia y fue primero, tras la ronda inicial, en el torneo Abu Dabi, donde figuraban Rickie Fowler, Jordan Spieth y Rory McIlroy.
Todo hace indicar que Bryson tiene una prometedora carrera profesional por delante. Su comienzo ha sido mejor que el de Jordan, que en su debut, en el Farmers Insurance Open, no llegó a pasar el corte. Pero Jordan, ahora, ya tiene dos Majors, y ha demostrado que lleva una línea ascendente, al margen de sus cuitas con el hoyo 12 de Augusta. El actual número 2 del mundo confesó que: «disfruto jugando con él, es brillante y tiene mucha confianza en su técnica».
También tendrá como referencia a Jason Day, el australiano que fue líder la pasada semana en el RBC Herigate, hasta que en la tercera jornada se peleó con los links de Harbour Town y el campo le cobró ocho bogeys y un doble bogey, por solo dos birdies, para terminar con un 79 (+9), que le descabalgó del liderato y le llevó, al final, hasta el puesto 23 (-1), a ocho golpes del sudafricano ganador, y a cuatro del debutante DeChambeau.
Tanto Jason, número 1 del mundo, como Jordan, serán dos buenos espejos en los que el rookie norteamericano deberá mirarse. Por lo pronto, esta semana vuelve a jugar y, además, tiene posibilidades de ser invitado en otros seis torneos del PGA Tour en esta misma temporada con lo que, a buen seguro, DeChambeau logrará la Tarjeta completa para el año próximo.
Aunque esto es “el golf y la madre que lo parió”, todo parece indicar que nos encontramos ante un nuevo fenómeno del golf mundial. Habrá que esperar acontecimientos antes de aventurar nada acerca del futuro golfístico de Bryson DeChambeau que ya tiene prevista hasta la ropa que se pondrá los domingos, es decir los días finales de torneo, y eso significa que pretende pasar todos, o al menos, muchos cortes.
Bryson llevará, además de su gorra -pichi- Hogan, ropa con los colores rojo, blanco y azul, que son los de la Southern Methodist University (SMU), en Texas, donde el joven estudió Física. Pues que el Dios de los Metodistas, que en teoría es el mismo de todos los cristianos, le reparta suerte y que su «método» para practicar el golf siga el lema de su Universidad: «Veritas Liberabit Vos», que no significa otra cosa que la manida frase «La verdad os hará libres».
AL BORDE DE LA LOCURA
Bryson DeChambeau se hizo famoso como amateur por ser el quinto jugador de la historia, tras Jack Nicklaus, Tiger Woods, Phil Mickelson y Ryan Moore, que ganó el título individual de la NCAA y el US Amateur. Pero lo más importante en su corta carrera ha sido la la singular metodología que le está conduciendo a colocarse en la primera línea del golf.
Apodado «el golfista científico», tras sus estudios de Física en la SMU, Micke Schy, entrenador de Bryson, asegura que «tiene tanto de científico como de artista, ya que lo que hace en el campo es arte: jugando es un artista de verdad»
Hay quien le considera un genio y otros, cada vez menos, un friki -persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición, como recoge el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua-. Su entrenador.
DeChambeau dice que el acercamiento científico al golf le llevó «al borde de la locura», pero finalmente le permitió dar con un método con el que no sólo espera ganar sino, además, trascender como un innovador, una de sus múltiples preocupaciones.
El jugador asegura que «todo empezó con el libro The Golfing Machine, un completo estudio biomecánico de 24 modalidades diferentes de swings que su entrenador le recomendó leer ante su obsesión por encontrar la técnica perfecta».
Y no solo leyó el libro, sino que se lo aprendió de memoria. Entonces pensó que quería desarrollar un swing de plano único, algo poco habitual en el PGA Tour y que hizo famoso en su día el canadiense Moe Norman. Además, quería poder ejecutar el mismo movimiento con todos los palos. Esto exigía cortarlos para que fueran todos de la misma longitud y modificarlos para no perder potencia.
TODOS LOS HIERROS COMO EL 6
Solo en dos semanas Bryson adaptó un viejo juego de hierros a 95,25 centímetros, la longitud aproximada de un hierro 6. Las primeras pruebas en el campo le dieron la razón. «Esto podría cambiar el golf», exclamó entusiasmado el golfista a su entrenador. Era 2011.
Pero, como pasa siempre con casi todos los inventos e innovaciones, los siguientes pasos fueron mucho más complicados de lo que se imaginaba el joven físico/artista/ golfista. Su particular técnica le cerró las puertas de varias universidades prestigiosas y hasta su propio padre, ex jugaador profesional, le pidió que dejara de lado su «invento». «Me decían que estaba dañando mi carrera, aseguraba Dechambeau, pero eran ellos los que me estaban dañando a mí».
Ahora es el momento de recordar lo que dijo de Bryson, el gran Phil Mickelson, tras compartir con el joven -entonces amateur y ahora profesional, una vuelta de prácticas en el Masters 2016: «es un jugador fantástico. Su acercamiento al golf es muy diferente, juega de otra manera pero tiene muy claro por qué debe jugar así».