Sergio (-8) «regaló» el Honda Classic a Scott (-9)

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Sergio García (-8), en la foto, no pudo con Adam Scott (-9) y le «regaló» el triunfo en The Honda Classic, en Florida, tras caer en la «Trampa del Oso».

 

 

(En la imagen, bajo estas líneas, el hoyo 15 del Champion Course del PGA National, en Palm Beach Gardens, en Florida, con el Oso que anuncia el comienzo de los tres hoyos (15, 16 y 17) que forman la famosa «Trampa del Oso» creada por Nicklaus. Más abajo, la roca que señaliza la «trampa»  y el green del hoyo 15, par 3). 

 

 

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Sergio García (-7)  no pudo con Adam Scott (-9) y le «regaló» el triunfo en The Honda Classic, en Florida, tras caer en la «Trampa del Oso», los hoyos 15, 16 y 17 del Champion Course (par 70) del PGA National, en Palm Beach Gardens.

El español y el australiano salieron en la cuarta jornada del torneo empatados (-9) en el partido estelar y se jugaban la victoria, como si de un match play se tratara, porque sus rivales no parecían tener demasiadas opciones, como así fue al final. Con una tarjeta de 71 golpes, y bogeys en el 16 y 17, los dos últimos hoyos de la famosa trampa que Nicklaus incluyó en este magnífico campo, sede de la PGA norteamericana, Sergio se hundió al final de la última vuelta, una vez más y cedió el primer puesto a un Scott (70, 65, 66 y 70), que es el tercer jugador que consigue ganar un torneo tras haber hecho un cuádruple bogey -7 en el hoyo 15, par 3, en la tercera jornada-, y el primero en vencer con el putt corto, después de haber estado cinco años jugando en los greenes con el putt largo adosado al cuerpo, lo que demuestra que los problemas que tienen los jugadores, tanto en el green como fuera de él, no son cosa cuestión de las flechas, sino de los indios.

Sergio (65, 69, 67 y 71) que jugó su mejor golf hasta el hoyo 16 de la última jornada, ha hecho buena la estadística que le señala como un ganador frustrado: de 14 veces que ha salido líder en la cuarta ronda en un torneo de la PGA, solo ha ganado en tres ocasiones. Esta vez, todavía ha sido peor porque en el hoyo 18, después de jugar dos mediocres golpes, el segundo y el tercero, acabó metiendo un putt -el magnífico putt inútil- de cuatro metros para birdie, que solo le sirvió para confirmar su derrota, que podría perfectamente haber sido una victoria -la primera que hubiera logrado desde hace cuatro años, en el PGA Tour- sino fuera por esa fuerza negativa que se mete en la cabeza de los jugadores, también de los grandes, como es Sergio, sin duda alguna, y que no es otra cosa que lo que se denomina «el miedo a ganar».

Al final, Sergio ha tenido una buena actuación y ese segundo puesto, después de no haber pasado el corte en el Northern Trust Open, en California, la semana pasada, le hace ponerse en la lista de los que pueden ser ganadores esta temporada y, ¿por qué no? de uno de los cuatro Grandes que se avecinan. Este año, además no solo hay Ryder Cup, sino Juegos Olímpicos, y el español tendrá más oportunidades de demostrar que, accidentes como los del hoyo 16 y 17 del Honda Classic, se pueden superar con mucho trabajo y serenidad para afrontar los últimos hoyos de los torneos.

Sergio, que es muy del Real Madrid, no salió al tee del uno con la moral baja por la derrota de su equipo el sábado ante el Atlético de Madrid. El fue, como diría Simeone, hoyo a hoyo, pero al final cedió ante un Scott que soportó mejor la presión, aunque también le creó problemas al final. Lástima que, como decía Jorge Valdano de Butragueño, remedando la frase de Borges: ¡no se puede ser sublime permanentemente!

En la tercera posición (-5) acabaron empatados Justin Thomas y el joven y desconocido Blayne Barber, jugador de Florida, de 26 años que, hasta ahora, solo había sido octavo en un torneo, en los dos años que lleva jugando el PGA Tour.

Rickie Fowler (66, 66, 74 y 71), líder en la segunda jornada, jugó realmente mal en la tercera y tampoco mejoró en la cuarta. A pesar de eso, acabó sexto (-3), empatado con el incombustible Vijay Singh, que a sus 53 años es la copa de nuestro Pisha, aunque en fidjano y sin puro.

SERGIO GARCÍA, EN PLENA FORMA DESDE EL PRINCIPIO

Sergio no pasó el corte la pasada semana en el Northern Trust Open, en California. Era su primer torneo del año en el PGA Tour y unos podrían considerar que no estaba en buena forma, y otros recordar el dicho de los gitanos y los «buenos principios».

El español, con tres tarjetas de 65, 69 y 67 golpes, para un total de -9 en el par 70 del Champion Course del PGA National, en Palm Beach Gardens, ha dejado obsoletas todas las opiniones. La primera ronda la acabó coliderando el torneo: el jueves 25 hizo cuatro birdies y un eagle, por solo un bogey, en el hoyo 6. Empezó muy bien, con eagle en el par 4 del hoyo 2, y terminó con birdie en el 18, par 5, después de firmar pares en los ocho primeros hoyos del segundo recorrido del campo, incluidos los tres (15, 16 y 17) de la «Trampa del Oso»,  para un total de 65 golpes, cinco menos del par 70 del magnífico campo de Florida.

Terminó sus nueve primeros hoyos de la segunda, el viernes, 26, al par, y un birdie en el 17, el hoyo final de la «Trampa del Oso», le dejó con una tarjeta de -1, para terminar a solo dos golpes de Rickie Fowler, su compañero de partido en las dos rondas iniciales, junto con Davis Love III.

La tercera ronda, la del Movimiento, tampoco le pilló a contrapié; antes al contrario, de nuevo colíder y dispuesto a jugarse el triunfo el mismísimo domingo, en pleno Match play. Y es que el sábado 27, firmó cinco birdies, cuatro en los primeros nueve hoyos del Champion Course (par 70) del PGA National, en Palm Beach Gardens, los más asequibles del recorido, a los que sumó un último birdie en el hoyo 18. Sin embargo, ese segunda vuelta del día la empañó con dos bogeys, en los hoyos 13 y 17, el primero por el fallo de un putt corto, y el segundo por lanzar la bola desde el tee al bunker del fondo del par 3 que cierra la «Trampa del Oso» en este campo que Nicklaus complicó con mucha picardía.

El castellonense tuvo la suerte de cara, la misma cruz que tuvo su rival, en el partido y en el torneo, cuando Scott, en esa tercera ronda sabatina y en el comienzo de esa misma «Trampa del Oso», firmó un cuádruple bogey en el hoyo 15, un par 3 que recibió la primera bola del australiano, y que también acogió en su líquido seno, la segunda desde la zona de dropaje. Total, nuevo dropaje para quinto golpe y dos putts, que hacen siete. La ventaja de tres golpes que llevaba al español en ese momento, la dilapidó Scott en un minuto. A pesar de todo, Adam se rehizo, lo que demuestra que está muy bien, no solo de juego, sino de mente, y en el siguiente par 3, el 17, hizo un birdie que, con el par del 18, en el que estuvo también a punto de birdie, acabó empatado con Sergio, para salir a jugarselo todo en la cuarta y última jornada.

RORY MCILROY O LA DECEPCIÓN 

Phil Mickelson (69, 74, 70) pasó el corte, establecido en +3 y que superaron 77 jugadores, por los pelos. Sin embargo, su tarjeta al par del sábado, le hizo subir 19 posiciones y encara el domingo desde el puesto 43, con un +3 total. estará por los pelos el fin de semana ya que comparte el último puesto de la clasificación, el 62 (+3), con otros quince jugadores

La sorpresa del torneo, o la decepción, según el color del cristal con que se mire, la protagonizó Rory McIlroy. El número 3 del mundo cayó en la «Trampa del Oso» de Nicklaus y no pasó el corte, aunque estuvo muy cerca; sus dos tarjetas de 72 golpes cada una, le dejaron fuera del fin de semana.

Jordan Spieth, que descansa después del fracaso de la pasada semana en el Northern Trust Open, de California, y espera al WGC Cadillac del Doral, de primeros de marzo, no ha visto peligrar su liderato mundial: Jason Day, el número 2, no juega el Honda Classic y McIlroy no ha pasado el corte.

EL CHAMPIONS COURSE Y LA TRAMPA DEL OSO

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El Champion Course del PGA National (par 70), en Palm Beach Gardens, donde tiene su cuartel general la PGA norteamericana, se ha cobrado muchas «víctimas» desde que se disputa en su recorrido, par 70, The Honda Classic. El Champion Course  es el escenario en el que se disputa este torneo -dotado con 6.100.000 $, con 1.098.000 $ para el ganador, que en 2015 fue Padraig Harrington-, uno de los más interesantes torneos del PGA Tour y el que da comienzo al Swing de Florida que dura prácticamente todo el mes de marzo.

 

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EL CHAMPION COURSE

El Champion Course, el más famoso de los cinco recorridos del complejo de Palm Beach Gardens, un par 70 diseñado por los hermanos Fazio, Tom y George y rediseñado en  1990 por Jack Nicklaus,

Nicklaus, el Oso Dorado, dificultó el campo y creó lo que se llama la  «Trampa del Oso» (The Bear Trap), que está formada por los hoyos 15, 16 y 17. Son tres hoyos no muy largos, rodeados de agua por casi todas partes -con habitantes poco recomendables como los caimanes que pululan por los lagos como Pedro por su casa, aunque no intervengan en el juego-, pero que acaban con las ilusiones de muchos jugadores que llegan hasta el final del recorrido con opciones de victoria.

El hoyo 15 es un par 3 de 162 metros; el 16, un par 4 de 341 metros y el 17, otro par 3 de 171 metros. No parecen difíciles por su longitud, aunque las medidas varían la distancia según estén colocadas las barras de salida, pero el agua se lleva gran parte de las bolas que se acercan al green.

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Sin embargo, no está toda la dificultad en esos tres hoyos. Hasta llegar a esa «trampa» hay que pasar por muchos otros problemas, entre ellos el agua que entra en juego en gran parte de los hoyos y los 107 bunkers del recorrido. Para colmo, está el 18, un par 5 que tampoco es muy largo, de 500 metros y que es, según los expertos, mucho más difícil que los tres de la «trampa».

En realidad, ese hoyo final tiene 600 yardas (540 metros), con doble pata de perro (dog leg) y verdaderamente impresionante, aunque en el torneo se juega alrededor de esos 500 metros citados.

A eso se enfrentan los jugadores que acuden al Honda Classic, un torneo que reparte 6.100.000 $ y que tiene para el ganador una bolsa de 1.098.000 $.

 

¡SUERTE, VISTA… Y AL OSO!

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