Romance: ¡UN GRANDE Y UNA BODA!
La victoria de Sergio García en el Masters de Augusta y su próxima boda, bien merecen un romance.
UN GRANDE Y UNA BODA
I
Sergio García ya era un Grande
y ni él mismo lo sabía.
Fue y se puso una Chaqueta,
Verde, que es lo que había,
y en un Grande para todos,
de pronto se convertía.
El golf ya tiene otro ídolo,
incluso para quien no creía
en las manos de este hombre
que era un niño todavía,
cuando en su Borriol natal
los palos de golf cogía.
II
No necesitaba Sergio,
por mucho que lo quería,
ganar el Masters de Augusta,
que no es una tontería,
pero que no añade mucho
a un palmarés que sería
una gloria deportiva,
aunque, claro, sumaría
con Chaqueta o sin ella,
un galardón que podría
llevarle al cielo del golf.
Allí, donde esperaría
aquel Mago de Pedreña
que, sin duda, soplaría
para que el último putt,
que vuelta al ruedo incluía,
entrara en el último hoyo
de un campo, ¡qué cofradía!
donde a otros dos españoles
Sergio ya hace compañía.
III
Pero “sigo siendo el mismo”,
dijo sin pedantería
el que en Borriol, hace años,
nació para ser un día,
el mejor de los golfistas
de este siglo que emergía.
Pero claro que ha cambiado
y otro gallo cantaría
si siguiera siendo un niño
y no un hombre que sabía
lo que el futuro esperaba
de su gran categoría.
Por eso había decidido
que su Ángela sería,
en este año glorioso,
quien su vida cambiaría,
todo un Ángel de la Guarda,
que, en femenino venía,
para ayudarle en la vida,
por la noche y por el día.
Al esperarle en el green,
del dieciocho, decía,
y terminar perdedor,
¿cuántas veces lloraría?
Y, sin embargo, esta vez,
con un beso recibía
al campeón de este Masters,
tercero en la dinastía,
con Seve y con el vascorro,
el triplete ya tendría
este deporte español
que tanto lo merecía.
IV
Una boda y un Grande,
que otra cosa desearía
este hombre que ha triunfado
y que al cielo miraría
después de embocar el putt
con que un Major ganaría,
y dedicárselo a Seve
que sesenta años cumplía:
una jornada imborrable
que nadie ya olvidaría,
y a Chema, ese “vascorro”
que se lesiona a porfía
y que renace, esforzado,
cargado de valentía
en este mundo del golf
que tantos desconocían
V
Hasta que llegó su hora,
la de aquel que vencería,
natural de Castellón,
un Major que colmaría
el deseo de aficionados
y de esa España que tenía
al golf por un juego
que alguno eliminaría
“porque es deporte de ricos,
de viejos y gente impía”.
VI
Por eso, gracias Sergio,
gracias, señor García,
por devolvernos a tantos
golfistas, la mayoría,
la esperanza de un futuro
donde el golf ya no sería
denostado por aquellos
que, ignorantes todavía,
no saben que el golf es
convivencia y armonía,
diálogo, concordia,
y da salud y energía.
Si la gente lo supiera,
muchos al golf jugarían;
en lugar de hacer maldades,
del campo disfrutarían
y de todos los problemas
al final se olvidarían.
Basilín:
Tus romanceros son un Albatros literario y tú, un Major de las palabras.
¡Felicidades y abrazos, Genio de Monteclaro!
J.
Bien ahí Basilio. Como bien dices, esta victoria va a ser un trampolín que relanzará la carrera de Sergio.
La presión de la que se libera al haber ganado ya un grande y la irrupción de Jon Rahm van a ser las protagonistas de este cambio de mentalidad
Como siempre Basilio , te superas en tus Romances .
Muy acertados respecto a SERGIO que muchos lo dieron por acabado hace tiempo.