Mickelson (-12), tercero, brilló en California
Phil Mikelson (-12), en la foto, acabó tercero en el Safeway Open, en California, que iniciaba la temporada 2017/18 del PGA Tour. Ganó Brendan Steele (-15).
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Phil Mickelson (-12) no pudo beberse el vino californiano de Napa Valley, ya que, aunque brilló en el Safeway Open, el torneo que daba comienzo a la temporada 17/18 del PGA Tour, acabó (69, 69, 68 y 70), en tercera posición, empatado (-12) con su compatriota Chesson Hadley. Como los buenos vinos -imagino que algunos californianos también lo serán, Mickelson mejora con los años y, aunque este es el inicio de la nueva temporada, ya ha dejado su sello en el top 3 de la prueba que anticipa un año intenso de Ryder. Otros dos norteamericanos coparon los puestos de cabeza: ganó Brendan Steele (-15) y segundo fue Tony Finau (-13).
El zurdo californiano es el rayo que no cesa: no para de jugar al golf y a sus 47 años es un espejo en el que deberían mirarse muchos de los profesionales actuales. Durante el mes de septiembre pasado, Mickelson disputó cuatro torneos prácticamente seguidos, ya que solo dejó de aparecer en el Tour Championship, ya que no se clasificó entre los 30 primeros de la FedEx Cup.
Jugó los tres play offs de la Fed Ex anteriores a la Gran Final de Atlanta y, con solo una semana de descanso -que si se hubiera clasificado no la habría tenido-, fue una de las figuras de la Presidents Cup, en la que los americanos arrollaron a los Internacionales del Resto del Mundo, menos Europa.
Y esta semana (5-8 octubre), sin solución de continuidad, viajó de Nueva York al valle californiano de Napa, para participar en el Safeway Open, en el Silverado Resort & Spa North (par 72), donde ha terminado en una magnífica posición, a solo tres golpes del vencedor.
De esta manera, Mickelson no solo ha cerrado el año del PGA Tour, sino que abre la temporada 2017/18, con su presencia en California. Un profesional admirable que juega al golf, no solo por ganar dinero, que también, sino porque el deporte le apasiona. Es posible que su cabeza esté ya pensando en la Ryder Cup y su intención sea que el capitán no tenga que elegirle a dedo, porque se habría clasificado para el equipo por sus propios méritos en la clasificación. Ya podrían aprender unos cuantos que juegan de Pascuas a Ramos, sin pensar en los aficionados que disfrutarían de su juego si se prodigaran más de lo que lo hacen.
