Dubai: Sergio ganó (-19) tres años después

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Sergio García (-19) en la foto, ganó el Dubai Dessert Classic, tres años después de su última victoria en el Circuito Europeo. Su match con Stenson acabó con tres golpes por encima del sueco.

 

 

 

 

Sergio García (-19) ganó el Dubai Dessert Classic, tres años después de su última victoria en el Circuito Europeo. La última jornada del Dubai Dessert Classic, el domingo 5 de feberero, se había convertido en un match entre Sergio García (-16), en la foto, y Henrik Stenson (-13), que jugaron en el partido estelar para ganar un torneo sin Tiger Woods, retirado el viernes, después de terminar la primera ronda, el jueves 2, con cinco golpes sobre el par 72 del Emirates G.C.

Con Ian Poulter en el partido final, como convidado de piedra, el español y el sueco dilucidaron su enfrentamiento con victoria de García, y sin que ninguno de los perseguidores fueran capaces de acercarse a los dos hombres de cabeza.

Sergio (65, 67, 68 y 69) fue líder desde la primera jornada en Dubai, a pesar del vendaval que sopló durante el viernes y el sábado, con las consiguientes interrupciones y los problemas añadidos para los jugadores, tanto dentro como fuera del campo. A pesar de todo, el castellonense llegó a la cuarta y última ronda, el domingo 5, con tres golpes de ventaja sobre el sueco Henrik Stenson, los mismos con los que terminó el torneo.

Un magnífico putt para par en el hoyo 8 y, sobre todo, el birdie en el hoyo 15, par 3, cuando Stenson se había acercado a dos golpes, después de firmar dos birdies seguidos, en el 13 y el 14, con solo pares para el español, fueron decisivos para la victoria final de García.

En ese par 3, a falta de cuatro hoyos y con dos de ventaja, Stenson arriesgó demasiado y se fue lejos del green, a la izquierda del hoyo. Sergio, entonces dio un golpe magnífico y dejó la bola dada: birdie del español y bogey del sueco. Otra vez cuatro de diferencia y ahí se acabó el partido, como dio a entender Stenson con su actitud corporal.

El español no solo gana tres años después en el European Tour, de hacerlo en Qatar, en 2014, sino que a los 410.224 € conseguidos, hay que sumar su regreso al top ten del ranking mundial.

El «Efecto Rahm», una especie de «Efecto dominó» al revés, con todas las fichas volviéndose a poner de pie, o «Efecto bola de nieve», cualquiera de las definiciones vienen al caso, se repite con Sergio García y, esperemos, pronto lo hará con otros españoles que andan casi siempre por las alturas de los torneos, como Rafa Cabrera, Nacho Elvira o Pablo Larrazábal, que pueden también dar alegrías a los aficionados españoles en este 2017. ¡Que así sea!

CINCO ESPAÑOLES EN EL FIN DE SEMANA

Además del vencedor, otros cuatro españoles pasaron el corte, de los diez que iniciaron el torneo: Rafael Cabrera-Bello y Nacho Elvira compartieron la undécima plaza con -9; Jorge Campillo (-5) acabó el 23 y Adrián Otaegui (+5) terminó en las últimas posiciones, pero pasó el corte, que es lo que de verdad cuenta.

Fuera del corte, que superaron 68 jugadores, establecido en -1, quedaron Jiménez, Olazábal, Eduardo de la Riva, Pablo Larrazábal y Álvaro Quirós. Tanto Chema como el Pisha están ya pensando más en el PGA Tour Champions que en otra cosa. Olazábal debuta en el Allianz Championship, en Florida, con los veteranos del PGA, incluido el propio Jiménez, que se disputa del 12 al 15 de febrero.

En lo que se refiere a Álvaro Quirós, condenado este año al Challenge Tour, no ha sabido aprovechar las tres invitaciones que le enviaron desde los Emiratos Árabes. En las dos ocasiones anteriores, quedó en mitad de la tabla en Abu Dhabi, y no pasó el corte en Qatar, ni esta semana en Dubai. Es posible que necesite un reciclado en la Segunda División. Lástima.

EL VIERNES, VENDAVAL DE ARENA

El vendaval había obligado a suspender la segunda jornada del Dubai Dessert Classic, el viernes 3, con Sergio García (-8), en el hoyo 5. El fuerte viento que soplaba en el emirato dubaití, con rachas de más de 50 kilómetros por hora, y que llegó a derribar dos árboles del campo hizo que los oficiales de la Organización dieran el torneo por suspendido, cuando los jugadores de la jornada de tarde acababan de salir al campo.

El caso es que el español (65, 67, 68) tuvo que salir casi de madrugada para terminar su segundo recorrido con cinco golpes bajo par y líder del torneo, como al final de la primera ronda. Acabada la vuelta, un rato de descanso y otra vez al campo, para terminar la tercera ronda por los pelos, casi de noche. En esta ocasión, un Sergio García con más precaución de lo normal, que empezó con un bogey y un birdie y pares en los siguientes siete hoyos, Pero las cosas no iban mal al terminar los nueve primeros hoyos, porque el castellonense seguía líder. Además, los nueve segundos hoyos del sábado fueron otra cosa: birdies en los hoyos 10, 11 y 13, para tropezar en el par 3 del quince, con un bogey, pero finalizar de manera brillante con dos birdies en los dos últimos hoyos.

Total, 16 bajo el par del campo y tres de ventaja sobre Henrik Stenson (68, 68, 67) que es segundo (-13), a tres golpes del español, con el que el sueco, número cuatro del mundo, se jugará algo así como un match play para decidir el triunfo en este tercer torneo de la Gira del Desierto, con 2.700.000 $ en premios. Siempre y cuando no haya ningún jugador que les alcance, aunque nunca se puede afirmar nada con seguridad, el caso es que en la tercera posicón (-11) el inglés Ian Poulter, al que hacía mucho que no se le veía por las alturas, pero del que hay que esperar cualquier cosa, y el tailandés Prom Meesawat.

LA RETIRADA DE TIGER

Antes de la suspensión, el European Tour dio un escueto comunicado en el que se daba cuenta de la retirada de Tiger Woods, que no salió a jugar la segunda ronda, por problemas en su espalda.

El norteamericano, que no pudo viajar en su avión privado, al parecer por problemas técnicos en el aeropuerto de los Ángeles, en California, estado en el que Tiger jugó la pasada semana, en San Diego, concretamente, y donde no pasó el corte, llegó a Dubai en un avión de línea regular.

Según declaró Woods a su llegada a Dubai, en San Diego no había tenido ningún problema con su salud, lo que reiteró en rueda de prensa al terminar su vuelta en la primera jornada, el jueves 2 de febrero, en el Emirates G.C. donde firmó 77 golpes (+5), lo que prácticamente le dejaba fuera del corte. Posteriormente, el manager del golfista, Mark Steiner, explicó a los periodistas que, aunque no había tenido dificultades en la primera vuelta del jueves, por la noche sufrió un espasmo -algo que suele sucederle de vez en cuando- y por la mañana se dio cuenta de que no podía hacer el swing, aunque sí caminar y moverse sin problemas.

Steiner no supo explicar si este problema concreto tiene algo que ver con sus lesiones anteriores, ya que serán los médicos los que decida, después de explorarle, si sus problemas se repiten, o no.

TIGER A LA PUERTA DE LA «PUERTA DE EMBARQUE»

Tiger Woods, «invitado de excepción» en este tercer y último torneo de la Gira del Desierto, no mostró durante la primera y única ronda que ha jugado, esos signos de recuperación que todos esperamos, después de casi veinte meses sin jugar competición, y alejado durante mucho tiempo del Circuito Europeo.

El regreso del Tigre no ha podido ser peor y, encima tiene que volverse a casa lesionado y en vuelo regular, cosa que para un personaje como Woods debe de ser penoso.

En casi dos años, el californiano solo ha jugado dos pruebas oficiales, la primera en diciembre, en el elitista torneo de su Fundación, y la segunda, ya un torneo regular del Circuito Americano, en California, la pasada semana

En aquella quedó decimosexto de dieciocho jugadores y en la segunda, no pasó el corte. Es verdad, que tampoco lo superaron sus compañeros de partido: Jason Day y Dustin Johnson, números 1 y 3 del mundo, en un torneo donde Jon Rahm apareció como una figura emergente a la que esperan muchos éxitos -eso deseamos los españoles-, dicho con toda la cautela del mundo, pero con los mejores deseos de aficionado.

En todo caso, bien está que Tiger haya sido «invitado» a esta competición que reparte «solo» 2.650.000 $ en premios -insisto que en los Emiratos se habla en dólares, a pesar de ser una prueba del Circuito Europeo, donde todavía circula el euro-, aunque el final no haya sido todo lo feliz que se esperaba. Al menos, Tiger ha tenido la delicadeza de despedirse de los que debían ser sus compañeros de juego el viernes 3, igual que lo fueron el jueves, y decirles a Danny Willet y Matthew Fitzpatrick, lo mucho que lo sentía.

A pesar de lo difícil que es pronosticar en golf y, a riesgo de quedar como un cochero, yo le auguraba a Tiger, en esta ocasión, un mejor futuro que la pasada semana en el Farmers Insurance Open, entre otras cosas porque los rivales son distintos, los campos también y sus compañeros de partida no son el primero y el tercero del ranking mundial, con lo que eso influye, incluso a alguien como Tiger, cuando se llevan veinte meses sin estar en el candelero. Admito mi fracaso como vidente, aunque el vendaval y los problemas en la espalda del jugador, hayan mitigado mi escasa visión de adivino.

 

 

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