Adri Arnáus (-10), tercero en el PIF Saudi International. Ganó (-13) Harold Varner III
Adri Arnáus, en la foto, felicita a Harold Varner III tras su victoria en el PIF Saudi International, que abría el año del Asian Tour. Arnáus (-10) acabó tercero y Pablo Larrazábal (-8), sexto.

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Adri Arnáus (-10) acabó tercero en el PIF Saudi International, que abría el año del Asian Tour, donde el ganador fue Harold Varner III. El norteamericano (-13) venció a su compatriota Bubba Watson (-12) que esperaba en la Casa Club a que terminara el partido estelar, con Varner III, Arnáus.
Descartado el español, que necesitaba un albatros en el par 5 del hoyo 18 para salir a un hipotético play off, Varner III necesitaba un birdie para disputar el play off a su compatriota Watson, o un eagle para ganar el torneo. De segundo golpe, Varner III dejó la bola en el antegreen del 18, a unos treinta metros del hoyo y… de manera milagrosa metió el «puro» que le sirvió para conquistar una victoria fuera de las fronteras de su país, que se suma a la que logró en el Australian PGA Championship, en diciembre de 2016.
Bubba Watson, que esperaba en la Casa Club y que había firmado su mejor tarjeta del torneo, con 64 golpes, y que no gana desde hace casi cuatro años, salió corriendo hacia el green del 18 para felicitar a su compatriota, lo cual dice mucho de la caballerosidad, no solo del norteamericano, sino del deporte del golf. La victoria de Varner III le reporta 1.000.000$ de los 5.000.000$ que se repartían en premios; Watson lograba los 525.000$ de la segunda plaza.
DOS ESPAÑOLES EN EL TOP TEN
Si bueno es el tercer puesto de Arnáus, por lo que significa en puntos del ranking mundial y por los 300.000$ acumulados, el catalán no debe conformarse con esa posición y comprender que está en disposición de ganar un torneo tan grande como este que dio el pistoletazo de salida a un Asian Tour mejorado. Con tarjetas de 64, 66, 69 y 71, para un acumulado de -10, Arnáus estuvo disputando la victoria hasta los hoyos finales y fue en esos últimos nueve hoyos del recorrido cuando firmó tres bogeys que le dejaron a las puertas, con 71 golpes (uno más del par 70 del Royal Greens & C.C.), de un triunfo que se le niega de momento, pero que tendrá que llegar y no muy tarde.
De los cinco españoles que iniciaron la prueba y pasaron el corte, Pablo Larrazábal (-8) acabó sexto. Fue buena, también la actuación del catalán, que parece haber recobrado muchas de las virtudes que tiene su golf, entre otras, la regularidad, que es fundamental en este deporte. Sus cuatro tarjetas de 68 golpes cada una, así lo acreditan; solo necesita que esas tarjetas sean igual de regulares, pero con algunos golpes de menos que se le quedan en el camino y que deberían sumarse a su haber, a la hora final. De todos modos, una sexta plaza, empatado con el norteamericano Matthew Wolf, que le aporta unos dividendos de 150.000$, logrados en un campo que jornada a jornada y debido al fuerte viento, a orillas del mar Rojo, en una zona desértica de Arabia Saudí, no está nada mal.
SERGIO GARCÍA, DE MENOS A MÁS
Sergio García anda con dudas en este inicio del año. Sus cuatro tarjetas en el Saudi International así lo atestiguan. El castellonense finalizó con un acumulado de -2 (70, 70, 71 y 67) en el puesto 24; el cuarto de los españoles, Rafa Cabrera Bello (+5) no estuvo a la altura y terminó en el puesto 54 y Edouard Rousaud, el joven catalán invitado para la ocasión, pasó el corte, que no es poco, pero acabó (+8) en el puesto 68. El corte del torneo se estableció en +4 y lo superaron 75 jugadores.
Entre los ilustres «invitados» estaban Dustin Johnson, ganador en dos ocasiones de esta prueba, y Tommy Fletwood que acabaron empatados (-7) en la octava posición.
Phil Mickelson, otro «invitado» de honor que hace eso mismo al espectáculo, acabó (-4) en el puesto 18. Con golpes increíbles que le llevan a cometer fallos que, si no arriesgara tanto no haría, el zurdo californiano, fiel a sí mismo, sigue demostrando que su juego, a los 51 años, puede competir con los mejores del mundo.
MUCHOS CAMBIOS EN EL GOLF
Esta temporada traerá muchos cambios al golf mundial, sobre todo cuando se ponga en marcha la «Liga Saudi» o como se llame definitivamente, a la que acudirán -no al olor de la rica miel, sino al de los petrodólares- bastantes jugadores de los mejores del mundo, atraidos por contratos multimillonarios como el que se dice han ofrecido, por ejemplo a Bryson DeChambeau, al que quieren contratar con una cifra que supera los cien millones de dólares.
Aunque el «forzudo» norteamericano ha dicho que no es para tanto, cuando el rio suena, agua lleva. Y aunque agua no sea lo que les sobra a los saudíes y al resto de los países de la península arábiga, al margen del mar, lo que se nota es un esfuerzo en petrodólares para crear nuevos oasis -campos de golf- en la zona desértica que, cada vez, se va a parecer más a Marbella o Miami. Dentro de un año o dos, este campo estará rodeado de chalets, pisos y zonas de recreo y no lo reconocerá nadie, como ha pasado en Dubai o Abu Dhabi.
En esta ocasión, el Asian Tour también ha tirado la casa por la ventana y ha iniciado el año con el PIF Saudi International powered by Soft Bank Investment Advisers, un grupo financiero de Greg Norman. Con tamaño título, es lógico que el torneo ofrezca 5.000.000$ en premios que, así y todo no eran suficientes para atraer buenos jugadores a la prueba que se disputa en el Royal Greens & C.C. en Arabia Saudita, en pleno desierto a a orillas del Mar Rojo, y han echado mano a la chequera para dar fijos -¿no estaban prohibidos?- a 21 jugadores que figuran entre los 50 mejores del mundo, Dustin Johnson, Phil Mickelson, Bubba Watson, Xander Schauffele, Patrick Reed, Tony Finau, Sergio García… y hasta el propio Bryson DeChambeau. Precisamente, DeChambeau no es de la partida ya que se retiró, por lesión, al finalizar la primera ronda. El norteamericano ya se dolía la pasada semana en Torrey Pines de su muñeca izquierda y su espalda. Al final, el esfuerzo titánico que hace Bryson en cada golpe le pasará factura antes o después.