Vaughn Taylor (-17) ganó el AT&T Pebble Beach Pro Am, cuando Phil Mickelson (-16) falló el último putt del hoyo 18 y no pudo salir a play off. Spieth (-7) remontó 33 puestos.
(En la imagen de Wikimedia Commons, el hoyo 7 de Pebble Beach links, con el Océano Pacífico al fondo).
Vaughn Taylor (-17) ganó el AT&T Pebble Beach Pro Am, cuando Phil Mickelson (-16) falló el último putt del hoyo 18 y no pudo salir a play off. Taylor, que llevaba once años sin ganar, desde su segunda victoria en el PGA Tour, esperaba en la Casa Club, con su hijo en brazos, el final del recorrido del zurdo californiano que, por cierto, tampoco gana desde que se hizo en 2013 con el Open Championship. Su espera, después de haber firmado la mejor vuelta de la cuarta y última ronda, el domingo 14, con una tarjeta de 65 golpes (-7) en los links de Pebble Beach, tuvo un fruto apropiado para la fecha, ya que las lágrimas de su mujer y el asombro de su hijo, así como la emoción de Taylor, al que la web del PGA Tour considera «el ceniciento» del torneo. Taylor, además, logró la victoria en el Pro-am, algo que no es muy frecuente, jugando con el amateur Ontiveros, con 30 golpes bajo par.
El zurdo californiano, que había salido como líder (-16), después de firmar tres rondas de 68, 65 y 66 golpes, estaba muy bien colocado de cara a la ronda final, que jugaba, como el resto de los 69 jugadores que pasaron el corte, situado en -1, en los links de Pebble Beach, después de haber disputado la primera ronda en Spyglass Hill, el más difícil de los tres campos donde se desarrolla el torneo, en formato Pro-am; de firmar seis golpes bajo el par del Monterey Peninsula (par 71), considerado el más asequible para los jugadores y de hacer un 66 en Pebble Beach.
En el hoyo 16, Mickelson llevaba un golpe sobre el par del campo y necesitaba dos birdies para llegar al -17 que tenía Vaughn Taylor en la Casa Club. En el 17, par 3, Mickelson embocó un putt de birdie de tres metros, con lo que lo más difícil estaba hecho, ya que el par 5 del hoyo 18 el birdie era mucho más asequible. Sin embargo, después de dos magníficos golpes que dejaron la bola de Phil a 15 metros del hoyo, con un approach sencillo, el jugador dejó el tercer golpe a punto de birdie, aunque a unos dos metros de la bandera. El putt, cuesta arriba, no parecía tener demasiados problemas, pero a Mickelson la bola le hizo una corbata cuando estaba a punto de caer en el hoyo.
Y ahí se quedaron las ilusiones de uno, con una cara que era un poema, y las esperanzas de otro, culminadas, en familia, el día de San Valentín, que también se celebra en los Estados Unidos de América.
La tercera plaza fue para el sueco Jonas Blixt (-15). Jason Day, número dos del mundo, acabó (-9) decimoprimero (-10), en este Pro-am cuyo ganador, que el año pasado fue Brandt Snedeker, se llevará 1.260.000 $, de los 7.000.000 $ que se reparten en premios.
Jordan Spieth, que ocupaba el puesto 54, empatado con los 15 jugadores que forman el último grupo de la clasificación con -1, no tuvo una buena actuación en las tres primeras rondas del AT&T Pro-am y llevaba el farolillo rojo, eso sí, ayudado por otros catorce jugadores, entre los que se encontraban Dustin Johnson y Jason Dufner. Después de haber firmado 71 y 69 golpes en Spyglass y Monterey, y de hacer 74 golpes en los links de Pebble Beach, en la ronda del sábado, el domingo tuvo la oportunidad, en el mismo Pebble Beach, de demostrar su indudable categoría. Y lo hizo mejorando su tarjeta del sábado y firmando, el domingo, un 66, seis bajo par, que fue la segunda mejor tarjeta de la jornada. A pesar de eso, no pudo ascender más que 33 posiciones y quedarse en el puesto 21 (-7).
Trescientos doce jugadores, la mitad de ellos amateurs que formaban equipo con un profesional y que contaron el resultado aparte del individual, participaron los tres días iniciales en los tres recorridos de Pebble Beach, el campo californiano situado en la Costa Oeste de los Estados Unidos, frente al Océano Pacífico, al Sur de la Península de Monterey, y en la localidad de Carmel by the Sea, de la que fue alcalde, de 1986 a 88, Clint Eastwood.