Romance: «Los motivos de Sergio»
Después de «pasar» de los dos primeros play offs de la FedEx Cup, sin razones conocidas, Sergio García jugará el BMW Championship (24 – 27 septiembre). Los motivos de la ausencia merecen un nuevo romance de Basilio Rogado.
Sergio García, como los buenos saltadores en atletismo, ha pasado de dos torneos de golf muy importantes, como son los dos primeros de los play offs de la FedEx Cup de la PGA norteamericana. Con su número 10 del mundo, sabía que era imposible no clasificarse entre los 70 primeros, hiciera lo que hiciera, o lo que no hiciera, en The Barclays y en el Deutsche Bank Championship. Esperará hasta el comienzo del BMW Championship, el próximo 24 de septiembre, para disputar su torneo número 15 en el Circuito Americano, y así no perder sus derechos de participación la próxima temporada, ya que lleva 14 jugados y necesita uno más, antes de que finalice el año de competición, con el Tour Championship, a finales de septiembre.
Con solo 14 torneos jugados en el año -solo Rory McIlroy, con 9, ha jugado menos, pero ha sido por la lesión sufrida en julio mientras jugaba al fútbol con unos amigos/enemigos- uno menos que Bubba Watson, es el profesional que menos torneos ha disputado en la presente temporada del PGA Tour. A pesar de eso, está en el puesto 43 del ranking FedEx, con lo cual puede estar entre los 70 mejores que disputarán el BMW Championship. Lo tendrá más complicado para clasificarse entre los 30 mejores que jugarán el último de los torneos, el Tour Championship, pero eso también estaba en su mente al planificar su temporada.
El jugador no ha explicado el por qué de su ausencia en estos dos tornes que, como los dos que restan, tienen un montante en premios de 8.250.000 $, y de los que cada ganador se lleva 1.440.000 $. Como no se ha dicho que estuviera lesionado, cuáles pueden haber sido sus motivos: ¿vacaciones, descanso, no querer pasarse de rosca, desinterés…? Lo que está claro es que sus motivos no han sido espurios; desde luego no ha sido por dinero, entre otras cosas porque en esos 14 torneos, amén de los disputados valederos para otros Circuitos, como el Europeo o el Asiático, el español ha ganado más de 2.500.000 $, y la única razón que no se puede aducir al estudiar el caso de Sergio, es que haga bueno aquello de que «la avaricia rompe el saco».
Igual que el lobo feroz tenía motivos para quejarse al mínimo y dulce Francisco de Asís, a través de Rubén Dario, el castellonense, que ahora, al parecer, vive en Suiza, tiene sus motivos que dan motivo, y valga la redundancia, para un romance de Basilio Rogado.
LOS MOTIVOS DE SERGIO
Los motivos del lobo,
en el monte helado,
el dulce Francisco
conoció asombrado.
Hasta el fiero y voraz
ladrón de ganado,
tenía sus motivos
para ser malvado.
Lo decía Rubén,
lo saben los hados,
Darío es el padre,
el de Asís, el hermano.
Y aquel lobo feroz,
hambriento y taimado
tenía sus motivos
para ser tan malo;
pero el lobo sangriento
muy bien ayudado
por el santo dulce
mínimo y honrado,
se volvió tan bueno
y respetó al ganado.
II
¿Qué motivos tiene,
poco conocidos
el golfista Sergio
que estaba escondido,
mientras sus rivales
andaban metidos
en duros play offs,
en campos temidos,
difíciles rondas
y hoyos perdidos?
Ni el mínimo Asís
habría respondido
porque son razones
del común sentido.
Muy poco ha jugado
Sergio en este ciclo:
catorce torneos,
ni un corte sufrido
millones de dólares,
top tens conseguidos,
ninguna victoria
ni falta que hizo:
con esos motivos
dicen lo que dijo
aquel que explicaba
y con muy buen tino:
obras son amores
-refrán tan divino-,
y no buenas razones.
MORALEJA
¿Para qué jugar más
SI lo que ha obtenido
es ya suficiente
para un buen cocido,
en un restaurante
muy reconocido,
de cinco tenedores
y marisco vivo.
Para haber dormido
en grandes hoteles
y estar satisfecho
del deber cumplido.
Al ser los motivos,
de Asís conocidos,
el santo y mínimo
le pudo haber dicho:
“haces bien hermano,
pues has decidido
con buena cabeza
y mejor sentido:
la avaricia, como sabes,
te lo dice un amigo,
rompe el saco, y el dinero
se convierte en enemigo
cuando no se sabe usar
con generoso destino
y no sirve para descansar
y gastar con los amigos».